CARLOS BOLOÑA BEHR: Q. E. P. D.
(Piura, 20 octubre 2018)
Luis Gulman Checa
Sorpresiva y lamentable la noticia del fallecimiento
a muy temprana edad de Carlos Boloña Behr, quien fue trascendente ministro de
Economía de Alberto Fujimori al tomar la posta de Juan Carlos Hurtado Miller,
el del bárbaro ajuste, sálvese quien pueda y que Dios nos ampare.
Si las personas deben ser
recordadas/reconocidas por sus obras, sin ninguna duda él será recordado por
décadas por cuanto las medidas que impulsó le cambiaron la cara al Perú.
Sin embargo, habida cuenta que uno de nuestros males es el extremismo pasando
abruptamente de verlo todo negro a blanco porque así lo decidió el mandamás de
turno, analizando desapasionadamente su gestión veremos que, como es usual,
tuvo aciertos y crasos errores.
Me referiré a un error monumental, casi tan
nefasto como la maldita Reforma Agraria: la liquidación del Banco Agrario.
Obviamente, para los ignaros que jamás se empolvaron los zapatos ni pagaron una
planilla, la medida fue un acierto al borrar del mapa una institución corrompida/prostituida y que había olvidado
su misión:
Financiar
emprendimientos agrícolas otorgando créditos bajo condiciones acordes con la naturaleza
de la actividad.
El Banco no regalaba dinero a los
agricultores sino otorgaba préstamos con condiciones especiales por cuanto la
actividad también lo es. ¿Por qué? Por cuanto, por ejemplo, a diferencia de
alguien que se dedica a confeccionar pantalones cuya producción estará exacta y
directamente proporcional a la cantidad
de tela que adquiera, el agricultor, por causas impredecibles de orden natural,
puede sembrar, atender el cultivo y no cosechar.
El Banco Agrario, como tantas otras
entidades, fue infectado y prostituido por el horroroso gobierno de Alan García
Pérez (el inventor del interés cero para la sierra cuando el dinero prestado se
licuaba debido a la súper híper inflación), como lo fueron tantas otras
entidades que aún gozan de buena salud.
El tratamiento aplicado por Carlos Boloña al
gravemente enfermo Banco Agrario sería equiparable a aplicarle una inyección
letal a quien padece cáncer.
Para colmo, el apoyo a la actividad implícito
en la labor del Banco Agrario, equivalía a un leve soplo de aire comparado con
el huracán permanente en el mundo desarrollado representado por el subsidio al agro.
En suma, Carlos Boloña, cual niño terco y
malcriado, reaccionó ante el nefasto gobierno de AGP optando por el otro
extremo: mientras el último lo regalaba todo hundiendo al país, CBB estuvo a
punto de ponerle precio al aire que respirábamos.
Personalmente tuve que lidiar, en calidad de
funcionario, contra dos disposiciones salidas de su coleto;
·
Abrupta
e inconsultamente retiró el SUBSIDIO otorgado por el Estado al combustible
utilizado por las empresas públicas de generación y distribución de energía
eléctrica, medida que, de haberse mantenido, nos hubiera sumido en la oscuridad
(*).
·
Dispuso
la venta, a precio huevo, de todas las Centrales Eléctricas de Electronoroeste
S.A. estando todos los grupos operativos al 100%, para terminar abandonadas y
sin ninguna capacidad de generación.
DIOS NOS AMPARE SI HUBIERA GRAVE DAÑO EN EL SISTEMA
INTERCONECTADO.
(*) Ya he relatado cómo
logré la derogatoria de esta norma en el término de la distancia.