PIURA: ¿LA ÚLTIMA RUEDA DEL COCHE?
(Piura, 26 octubre 2018)
Luis Gulman Checa
Me pregunto si, por ejemplo, en Arequipa
pudiera darse lo que viene sucediendo en Piura con la construcción/remodelación
de dos colegios “emblemáticos”, como Fátima en Piura y Salaverry en Sullana, que parece culminarán
hasta las calendas griegas, es decir, nunca.
Estimado lector,
preguntémonos:
¿Qué obra aparecía
como más ardua, complicada y, por ello, de mayor plazo constructivo, las
citadas o la real y auténtica Reconstruida con Cambios avenida Sánchez Cerro?
La respuesta es obvia, sin embargo, por
razones ¿inextricables? resultó al
revés, pues mientras el colegio Salaverry, según flamante información le está
haciendo la competencia al saqueado/asolado Alto Piura encontrándose ad portas de sufrir la tercera
convocatoria de licitación, habida cuenta que las dos primeras “empresas” tiraron
la toalla; el Fátima, s.e. ú o., debe andar por el cuarto o quinto año en
proceso de construcción.
Como ciudadano de a pie y respetuoso de las
señeras y representativas instituciones defensoras del bien común, como, por ejemplo, el ilustre
Colegio de Ingenieros de Piura, cuyo decano, casi cotidianamente nos alerta
sobre errores/deficiencias constructivas - acaba de mostrar “tarjeta roja” al puente en
construcción -, le rogaría enunciar su docto pronunciamiento sobre las
causas que originan esta hemorragia de obras interminables y/o, peor aún,
tiradas y abandonadas.
El pedido es aún más pertinente por cuanto
todas y cada una de las personas inmersas/comprometidas en esta vorágine son INGENIEROS COLEGIADOS, ergo, uña y
carne del citado decano quien,
si recapacitara antes de lanzar sus furibundas críticas, comprendería que se dispara
a los pies, por cuanto está haciendo cera y pabilo de sus
hermanos/socios/compañeros.
Al respecto, siendo obvio que los
responsables directos de estas anomalías son ingenieros colegiados, ¿la
institución sanciona/condena de alguna manera a sus miembros que la denigran prestándose
a participar en estos evidentes contubernios cuyo evidente fin es saquear el
erario?
Este cáncer constructivo obtuvo su
partida de nacimiento con el cambio realizado en la era de AFF, pasando del
doble promedio para designar la propuesta ganadora en las licitaciones a
otorgársela a la más baja, entre varias otras perlas que han
prostituido la obra pública.
Cerrar esta puerta a
la corrupción es de suma urgencia.