ROBAN PERO HACEN OBRA
(Piura, 31 octubre 2018)

Luis Gulman Checa

Leyendo información publicada en la edición de “El Tiempo” del domingo pasado, me vino a la mente la frase del epígrafe que sustentó la reelección de Castañeda Lossio como alcalde de Lima, en contraposición a lo que venimos permitiendo los piuranos, haciendo honor a nuestra  casi generalizada y punible abulia, con  la gestión del Alto Piura.

Me refiero a la siguiente información:

Colegio de Ingenieros de Piura cree que el Alto Piura se reiniciaría en 8 meses o un año.

Recordemos que el citado proyecto de desarrollo, que “vio la luz” hace más de ocho años, ha insumido algunos cientos de millones de soles ya cancelados y tiene por pagar una suma indeterminada derivada de los  innumerables procesos de arbitraje  pendientes a consecuencia de los dos contratos de obra que suscribió y fueron resueltos; es decir, salvo que a los piuranos se nos hubieran deteriorado: robar sin hacer obra.

No obstante, es posible que los gestores sucedidos a lo largo de tan largo período, siendo poseedores de acrisolada honradez, también hayan sido tan ignaros/”burros”/idiotas/incapaces como lo demostraría,  inequívocamente,  la triste y lamentable situación que el Alto Piura viene atravesando.

En consecuencia, si queremos llamar al pan pan y al vino vino, tenemos que optar por una de  dos posibilidades:

Los gestores, en general, fueron rateros o ineptos o, quizá también,  una amalgama de ambas “cualidades”.

El “ilustre” Colegio de Ingenieros, haciendo olímpica abstracción de la serie de barbaridades perpetradas por todos quienes tuvieron a cargo la gestión del proyecto y, como si el mal que lo tiene colapsado se tratara de un simple catarro en vez de un cáncer terminal, dice, a través de la opinión del “especialista” Abel Acuña, que “se actualiza el expediente técnico (burrada monumental responsable de todos los males) y, al toque, se convoca una tercera licitación pública para adjudicar la ejecución de la obra”  y, listo el pato.

Es probable que tal pronóstico se funde en el conocido aserto que dice así: A la tercera va la vencida, de modo que ahora sí saldrá adelante.



Si nuestras entidades representativas estuvieran a la altura de las circunstancias, es decir, si sus cabezas fueran pensantes, preparadas y estuvieran imbuidas de un auténtico afán por servir a Piura, ante la evidente y demostrada incapacidad de la  autoridad regional, deberían exigir al gobierno nacional que, perentoriamente, encargue la gestión del Alto Piura a una entidad ad hoc capaz y eficiente.