AGRICULTURA: ¿CAMBIANDO DE CHIP?

(Piura, 20 enero 2019)

Luis Gulman Checa


Informaciones frescas referidas al inminente  comportamiento del clima, deberían hacer recapacitar/meditar a las autoridades competentes para decidir sobre el uso que debe dársele a la, muy escasa, agua regulada guardada en nuestros reservorios, por cuanto, luego de la vergonzosa y subliminal campaña mediática, publicando permanentemente fotografías de la inundación de la ciudad de Piura el verano del 2017, por pura incapacidad de las autoridades (in)competentes de la época, tal y como si tal situación estuviera ad portas de repetirse; ayer y hoy hemos sido informados de opiniones de expertos pronosticando que el presente  año SERÁ SECO.

Empecemos por quien años atrás fue calificado como Terrorista Climático por el suscrito, Abraham Levy, quien, dándole un giro radical a su manía tremendista de anunciar excesos de la naturaleza, el día de ayer tituló su columna publicada en “Perú.21”, con una sola y aterradora palabra: ¿Sequía?

Analicemos dos párrafos que deberían ponernos los pelos de punta:

El período entre el 1 de diciembre y el 15 de enero últimos, en gran parte de los valles costeros, se ubica entre los más secos de las últimas décadas.

En febrero nos jugaremos bastante por cuanto la demanda de nuestros arroceros en el norte está exigiendo mucha agua que estamos  descargando de Poechos, San Lorenzo, Tinajones y Gallito Ciego, ya que en el norte las lluvias son aún más escasas.

Ratificando la tendencia, el día de hoy, “El Tiempo”, con la bárbara contradicción de publicar otra fotografía del 2017 de la referida inundación, apareció con la siguiente nota informativa:

El Niño ya no llegaría a Piura porque temperatura del Pacífico es casi normal.

Especialista Luis Icochea señala que solo se registrarán lluvias estacionales.

El citado experto explica, detallada y pormenorizadamente, las razones por las que es prácticamente imposible que el año sea lluvioso, ergo, de ser seco:

¿A qué extremos llegaría la sequía?

Así como los medios y expertos llevan meses especulando sobre los atroces daños que sufriríamos de producirse un FEN, habida cuenta el fiasco representado por la RCC, a excepción, claro, de la fraudulenta y gansteril des colmatación; a la luz de las informaciones comentadas sería deseable que estas preocupadas y dignas personas, de acuerdo al epígrafe, dedicaran su atención a analizar cómo sería nuestro futuro si, en vez de un FEN, fuéramos azotados por un año tan seco como muchos sufridos en el pasado. Tomando como referencia el río Chira, recordemos que  varios años registró descargas anuales muy por debajo de los 1,000 MMC, al extremo que hubo uno de 605 MMC. Obvia y naturalmente, en aquellos años, el río Piura no se dejó ver ni en fotografía y,  las descargas del Quiroz debieron ser mínimas.

Los pronósticos comentados, como casi todas las situaciones, pueden  analizarse   a través de dos cristales diferentes:

Primero:

Es una noticia maravillosa por cuanto los vecinos, tanto de la urbanización Miraflores como de otras zonas,  que están viviendo en pésimas condiciones al encontrarse  en pleno proceso de remedia miento  las pésimas obras de infraestructura que fueron puestas al descubierto por las mediocres lluvias del 2017; muy pronto  volverán a vivir como Dios manda  por cuanto no se producirán nefasta y malditas lluvias que entorpezcan los trabajos.

Segundo:

Es una noticia aterradora por cuanto crearía una generalizada desocupación en el campo habida cuenta que, el principal e insustituible insumo de la agricultura es el agua para el riego y, desapareciendo, también lo hace la actividad agrícola y la demanda de mano de obra.

Reconociendo que hay varios asuntos de importancia afectando a los piuranos, los cuales merecen la cotidiana atención de los medios, como los siguientes:

·         Gobernador echado a los pies de César Acuña;
·         Alcalde queriendo destruir la Caja Municipal de Piura;
·         Miembro de la PNP preso en vez de condecorado;
·         Etc.

Si los medios y expertos tuvieran un ápice de visión de futuro y sentido común,  pondrían a la cabeza de los problemas que nos acechan la anunciada sequía, lo que los obligaría a abominar de la siembra del arroz.

¡DICHO ESTÁ!