PALABRAS HUECAS
(Piura, 12 enero 2019)
Luis Gulman Checa
El inefable señor Contralor de la República,
Don Nelson Shack, acaba de lanzar una exhortación a la ciudadanía
invocándole abocarse a contribuir a la
lucha contra la corrupción, resaltando la
brillante iniciativa del Poder Ejecutivo al haber denominado al presente año
como el de “La lucha contra la corrupción y la impunidad”.
Con cariño y respeto le sugeriría a tan
distinguido personaje ser un tanto más específico/concreto, por cuanto, sus
palabras, gratas para los oídos, de quedar ahí equivaldrían a bellos y
melodiosos trinos llevados por el viento.
Señalaré un caso concreto que ejemplificará,
para cualquier mente, a qué me estoy refiriendo.
El suscrito, siguiendo tal proclama y estando
decidido a colaborar en la guerra contra la corrupción, empezando por la más
nimia y constatando la absoluta incapacidad, abulia y/o corrupción de la PNP incumpliendo
sus deberes y obligaciones; desea, fervientemente, erradicar los corruptos que,
zurrándose en normas legales vigentes, circulan por calles, plazas, avenidas y
carreteras conduciendo vehículos con escape libre y/o haciendo tronar el claxon
y/o sin luces. Así, entonces, preguntaría a don Nelson:
¿Debería premunirme
de una Glock con cacerina de 32 balas parabellum y salir a la calle abatiendo a cada uno de tales
salvajes/descerebrados o, por lo contrario, con una biblia en mis manos,
debería abordar a cada una de estas almas descarriadas para, luego de leerles
los párrafos pertinentes, invocarles respetar y amar al prójimo como Dios nos ama?
Sin
tener cargos ni títulos rimbombantes sobre mis hombros, pero sí contando con una pizca de sentido común e
imitando a Don Nelson, lanzaré mi proclama en pro de que los buenos deseos del
Poder Ejecutivo, inmersos en la denominación del presente año, se conviertan en
una maravillosa realidad:
La única forma de
abatir la corrupción es que cada uno de nosotros CUMPLA CON SUS DEBRES Y
OBLIGACIONES. Así, si viéramos, por ejemplo, que un funcionario con un sueldo
de supervivencia va de viaje a Miami con toda su familia, tendríamos que armar
un laberinto manifestándonos frente a su casa imputándole su deshonestidad, por
cuanto, ¿de dónde pecata mea sino de la sacristía?
Sin embargo, curiosamente, el líder y General
en Jefe de la LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN, no es otro que Don Nelson Shack, por
cuanto, si la institución que dirige fuera EFICIENTE, que está a años luz de
serlo, la corrupción se reduciría a su mínima expresión.