ESPANTOSO RIDÍCULO: PRESIDENTE SUPERVISOR
(Piura, 16 enero 2019)
Luis Gulman Checa
Nadie negaría los graves inconvenientes que
vienen afrontando los moradores de San Juan de Lurigancho, Lima, ante la
inundación de sus viviendas por aguas servidas a consecuencia del colapso de
una tubería matriz, hecho que tiene tanta cobertura mediática como si, en vez
de tratarse de un accidente lamentable, reducido y eventual; fuera
comparable al atroz huayco de 1970 que borró poblaciones enteras en Ancash
cegando decenas de miles de vidas.
La imparable cascada informativa que satura
los medios reiterando imágenes y declaraciones de personas afectadas, tal y
como si se tratara del fin del mundo, cuando, en honor a la verdad, a lo largo
y ancho del país, cotidianamente, suceden situaciones similares o peores de
variada naturaleza afectando a seres humanos tan peruanos como los “limeños”
sin que a la “preocupadísima” prensa “se le mueva un pelo”; tiene que llevarnos
a concluir que el Perú anda de cabeza.
La situación se agrava, según mi entender,
cuando el mismísimo presidente de la República, cuya presencia por el lugar de
los hechos podría haber sido aceptable una sola vez; se convirtió en habitúe
caserito bajo el argumento de ser ingeniero, para SUPERVISAR los trabajos de
remediación. Pregunto:
Si el mandatario se
va a dedicar a atender situaciones como la descrita, ¿quién diablos va a
gobernar?
Sin embargo, aprovechando la coyuntura y
apelando a mi condición de provinciano y piurano, alerto al presidente sobre el
atroz sufrimiento/padecimiento que afecta permanentemente y desde años atrás,
no a cuatro
gatos, sin ofender ni querer ser peyorativo pero apegado a la verdad,
sino a decenas de miles de pobladores de la provincia piurana de Talara. Sí, la
misma que mantuvo en movimiento al país por décadas con el petróleo extraído de
su sub suelo y que desde que el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada,
con nuestro confundido paisano a la cabeza, echara a la IPC;
vive asolada por la permanente y grave
escasez de agua potable.
Roguemos a Dios
iluminar al presidente para constituirse en Talara a SUPERVISAR la crítica y
permanente escasez de agua disponiendo las medidas necesarias, como en SJL,
Lima, para solucionar el problema en pro de los talareños, tan peruanos como
los “limeños”.
Con el único afán de coadyuvar a que los
problemas se solucionen rápida y eficientemente, y, habiendo solicitado el
Mandatario al Colegio de Ingenieros del Perú formar una comisión para evaluar
la zona y determinar la causa del aniego, respetuosamente, le recordaré una
frase imputada a Napoleón:
Si quieres que algo
demore eternamente, nombra una comisión.
Pregunta final:
¿Acaso SEDAPAL carece
de cuadros técnicos calificados y de primer nivel para solucionar el problema?