HECHOS, NO PALABRAS

(Piura, 08 enero 2019)

Luis Gulman Checa

Señalo mi profunda decepción por lo anodinas que vienen siendo  las flamantes gestiones al frente tanto de la MPP como del GRP, por cuanto, habiendo sido recibidas ambas entidades casi en artículo mortis, como lo demuestra el caos imperante en la ciudad de Piura, por un lado, y la sucesión de escándalos y latrocinios acaecidos en el otro;  era del más elemental sentido común que, las flamantes administraciones, de arranque, recién asumidos los cargos, hubieran lanzado una señal que desatara la euforia y optimismo en la ciudadanía ante el advenimiento de gestiones probas, eficaces y dignas. 

Sin embargo, para nuestra decepción, desengaño y vergüenza ajena, constatamos que no solo no apareció ni una señal alentadora en el horizonte sino que, en el caso del GRP, resulta evidente que el candidato del gallo, Servando García, en el colmo de la irresponsabilidad o desconcierto,  se empeñó en alcanzar el cargo postulando reiteradas veces cuando, como está quedando demostrado, no tenía a su lado ni la sombra de lo que se denomina EQUIPO DE GOBIERNO, confirmación de lo cual está tanto en haber proporcionado ubres públicas a varios excandidatos y exfuncionarios de dos por medio como también a las escandalosas designaciones realizadas.

Dirigiendo la mirada hacia la entidad asentada en la Plaza de Armas, si bien es cierto no se han suscitado escándalos a raíz de incalificables designaciones de funcionarios, también es verdad que el caos y el desorden continúan tal cual y, para peor, sin la más mínima señal de que la flamante administración está decidida a imponer el orden y el respeto en la ciudad, pues, como es fácilmente comprobable, los desadaptados de siempre continúan zurrándose en cuanta norma existe sin que la ley les caiga sobre sus cabezas.

Para oscurecer más aún el panorama, daría la impresión que las flamantes autoridades no han asimilado que pasaron de postulantes/candidatos  a funcionarios, con las prerrogativas, responsabilidades y obligaciones inherentes a los cargos, por cuanto, en vez de seguir el claro mensaje inmerso en el epígrafe, continúan pregonando que obrarán maravillas en pro de todos nosotros de modo que, al fin de sus mandatos, habremos dejado las atroces condiciones del sub mundo en el que vivimos para ubicarnos en el ámbito de los países auténticos, en los que, por ejemplo, lacras como la presencia masiva de  anemia en infantes, deviene en  tema impensable.

Como la esperanza debe pervivir mientras  el ataúd que guarda los restos de nuestro ser querido no quede  sepultado y las citadas gestiones aún están en pañales, roguemos a Dios iluminar a los responsables para que giren el timón en el sentido correcto en busca de nuestro respeto y agradecimiento.