¿AHORRAR AGUA?

(Piura, 06 febrero 20199)

Luis Gulman Checa

Me motiva el editorial de “El Tiempo”, edición de la fecha, titulado: “Urge una cultura del ahorro del agua”, con el siguiente encabezado:

Entre 600 mil y un  millón de metros cúbicos de agua potable pierde cada mes la EPS Grau debido al uso de piscinas portátiles, malas conexiones, riego de jardines, juego de carnavales y el uso indiscriminado de agua para centros de lavado de vehículos. 

La primera reflexión que debe venirnos a la mente es que la empresa distribuidora de agua potable, independientemente del uso que sus clientes hagan de la misma, está obligada a facturar y cobrar hasta el último metro cúbico que produce, tan igual como, por ejemplo, cobran los centros de expendio de combustibles; la empresa de distribución de energía eléctrica, el informal que vende fruta en la calle, etc. En resumen, el ahorro surgirá, espontánea y obligadamente, cuando el usuario tenga que pagar  oportunamente el justiprecio de toda el agua que consuma..

Es evidente que, mientras tal servicio esté a cargo de una ¿empresa? de tan ínfimo nivel, ello no sucederá al ser sabido que solo recibe en sus arcas el 25% del valor del agua producida y distribuida. Entonces, preguntémonos, ¿cuál es el destino del restante 75%?

Se calcula que el 50% se usa  ilegalmente  a través de conexiones clandestinas y el restante 25% se ubica en el rubro de morosidad, lo que nos lleva a concluir que la empresa, además de facturar  la mitad de su producción,   recibe mensualmente el  25% de lo que produce. (*)

Las cifras consignadas demuestran que, de continuar en las condiciones en las que se debate desde años atrás, no tiene ni una posibilidad de tornarse eficiente y, como consecuencia de ello, lograr la implantación de una cultura del ahorro del agua como, candorosa e infantilmente,       sugiere el citado editorial. ¿Acaso hemos olvidado el aserto que dice la letra con sangre entra? Traducción: cuando estemos obligados a pagar el justo valor de toda el agua que consumamos, adquiriremos la cultura del ahorro.

Si realmente queremos que en Piura (departamento) se implante un servicio de saneamiento (agua y desagüe) digno y decente, de primera intención, debemos dejar de lado los perniciosos y malsanos populismos como el implícito en la frase “El agua es el del pueblo y un regalo de Dios” (**) como argumento para oponerse a ceder en concesión a un operador privado servicio tan elemental y que, precisamente, por esta irracional postura mantiene privados del mismo a gran cantidad de piuranos repartidos en todo nuestro ámbito.
(*)   Cifras aproximadas.

(**)  Es una verdad incuestionable, pero, circunscrita, únicamente, a la que cae del cielo o discurre por quebradas y ríos rumbo al mar, mas no a la que llega a nuestras casas o chacras a través de costosas obras de infraestructura ad hoc.