LA TELENOVELA DEL PEIHAP
(Piura, 25 febrero 2019)
Luis Gulman Checa
La decisión del gerente del Proyecto Alto
Piura de resolver, unilateralmente, el contrato suscrito por la administración
anterior con el consorcio Inundaciones Piura para estudiar y proponer
soluciones tanto para el manejo del río
como para la evacuación de aguas de las cuencas ciegas de Piura y anexos; ha
generado una andanada de dimes y diretes ampliamente difundidos y potenciados
por los medios, fieles a sus intereses (incrementar tiraje): generar caos y
desconcierto inventando “incendios”.
El primer ingrediente para azuzar el
enfrentamiento fue menoscabar la competencia
del gerente del Proyecto para tomar tal
decisión, por cuanto, adujeron, ello era potestad del gobernador. Así,
perpetraron, una vez más, un pecado contra el deber de informar con la verdad,
por cuanto está más claro que el agua que si el gerente tuvo competencia para
suscribir el contrato, obvia y naturalmente, también cuenta con ella para rescindirlo
si lo cree conveniente y necesario.
Sin embargo, sí es verdad que el gobernador
tiene la última palabra en la solución de este entuerto mas no enmendándole la
plana al gerente sino DESTITUYÉNDOLO, procediendo a designar otro que deje sin
efecto la rescisión decidida por su antecesor y listo el pato.
Agravando la mala o torcida información, los
medios están tomando el rábano por las hojas pasando por alto el meollo del
asunto que es el siguiente:
¿Por qué diablos el
gerente, Lizana Puelles, tomó la decisión de resolverlo a pesar que, la administración
actual que él integra, había procedido a otorgar el adelanto?
Así, el gerente, que no es dueño y señor del
Alto Piura sino un funcionario a nuestro servicio encargado de conducirlo, tiene
la obligación de explicar, pormenorizadamente y con pelos y señales, las
razones que lo llevaron a tomar tal decisión.
En
consecuencia y a juzgar por declaraciones de ambos contendientes, gobernador y gerente,
sí hay un enfrentamiento/discordia entre ambos implicando una raya más al tigre de
la improvisación, desconocimiento y desconcierto que viene signando el
desempeño de la flamante autoridad regional, generando temor y preocupación, entre los
piuranos pensantes, respecto al tenebroso futuro que nos estaría aguardando.