PIURA: PEOR QUE OLLA DE GRILLOS

(Piura, 121 febrero 2019)

Luis Gulman Checa

Prueba irrefutable de lo afirmado en el  epígrafe fue el titular de portada de “El Tiempo”, edición de la víspera:

GR debe dar un paso al costado en obra de estudio del río.

Alcalde de Piura: “Si el GR no da las condiciones para ejecutar este proyecto, que le quiten la Unidad Ejecutora y que la obra la haga la ARCC”

Juan José Díaz califica como una “ligereza” el que las autoridades regionales hayan anulado el contrato  del estudio para evitar inundaciones.

Me pregunto si los responsables de tal información, al complicarse súbitamente  la salud de alguien en casa, llaman al médico o al gasfitero. ¿Por qué? Por cuanto ello sería tan irracional como pedir la opinión de un ignaro en un tema especializado,  como el alcalde de Piura:

Además, ¿cuál es la experiencia, competencia responsabilidad y/o formación profesional del alcalde  para que el diario decano y supremo defensor (se supone) de los intereses de Piura, publique su opinión tal y como se tratara de un súper experto en la materia?

La pregunta que debiéramos formularnos, en atención al problema insoluble referido a quién apareció en primer lugar, el huevo o la gallina, sería: ¿Fue don Frank García quien considerando vital la opinión del alcalde,  acudió a entrevistarlo o, por lo contrario, fue éste quien llamó al bien dispuesto reportero para mantenerlo siempre en la palestra, aunque diga disparates?

Para información del alcalde, el GR no ha resuelto el contrato de una OBRA sino de un ESTUDIO, paso previo y fundamental para ejecutar obras. Igualmente, en atención a las varias oportunidades en las que hizo cera y pabilo de la ARCC, ¿cómo diablos se atrevió a recomendarla como Unidad Ejecutora de tal Estudio?

Poniendo las cosas en su sitio y llamando al pan y al vivo vino, les hago recordar a los señores de “El Tiempo” y la prensa (honesta y no alquilada) en general, que las funciones de los alcaldes, estando perfectamente definidas y siendo muy simples, en lo referido a Piura, continúan al garete, es decir, hubo cambio de autoridad pero absolutamente todas las lacras siguen gozando de buena salud para desgracia nuestra.

Conclusión por lo visto hasta la fecha:

Cambiamos mocos por babas resaltadas por “El Tiempo”