EL PERÚ ES LIMA: DE GAMARRA AL MERCADO DE PIURA
(Piura, 18 febrero 2019)

Luis Gulman Checa

El “emporio” de Gamarra comparado con el mercado de Piura podría equivaler a Versalles frente al parque Quiñónez de la urbanización Miraflores, Castilla, Piura, es decir, comparativamente, es un dechado de  belleza, orden y pulcritud, puesto en la balanza ante el desorden y porquería imperando en nuestro mercado.

Sin embargo, confirmando la afirmación del epígrafe, quizá porque en Lima  están aposentados todos los poderes del Estado, para los mandamases, en primer, segundo, tercer y, hasta el décimo lugar, están los intereses de la capital y, una vez atendidos y satisfechos, recién vuelven su mirada  hacia las llamadas “provincias”, auténticos entenados o hijos indeseados.

No nos dejemos engañar por quienes, simplistamente, proclaman su satisfacción por encontrarse al frente del Ejecutivo, presidente de la República y primer ministro, dos provincianos que fueron presidentes regionales, lo que implicaría  que por su condición/extracción, volcarían todos sus esfuerzos para empezar a paliar las varias carencias acumuladas a lo largo y ancho del país.

Digresión:

Tengamos presente que no hay limeño más “alimeñado” que los provincianos quienes, por diversas razones, terminaron instalados en Lima. Sin embargo, confirmando que la excepción confirma de regla y en honor a la verdad, no puedo dejar de mencioanr al Dr. Guillermo Garrido Lecca Frías, quien jamás dejó de lado su amor por Piura. Es una pena que tantos piuranos de hogaño afincados en la ¿maldita? capital, no siguieran sus pasos.  

Me motiva no solo el tremendo despliegue informativo generado por la resaltable y digna actitud del flamante alcalde distrital de La Victoria, Lima, declarándole la guerra a la delincuencia, de toda jaez, que tiene sometido al distrito, sino el hecho que el propio presidente de la República, ministro del Interior y altos mandos policiales han hecho suyo el problema y, en la práctica, se han trepado al carro del alcalde para ayudarlo en el empeño.

Reflexionemos:

¿Acaso quienes viven en La Victoria no son tan peruanos y con idénticos derechos como, por ejemplo, los sullaneros o los talareños, viviendo bajo el efluvio de insoportables miasmas o sufriendo por permanente desabastecimiento de agua, respectivamente?

Conclusión:  Los piuranos somos los únicos responsables de nuestros males por elegir autoridades de dos por medio.