SÁLVESE QUIEN PUEDA: INUNDACIÓN INMINENTE
(Piura, 27 febrero 20129)
Luis Gulman Checa
Sodoma y Gomorra deben haber equivalido a
niños de pecho comparadas con la pecadora e incalificable Piura según la visión
de Dios Nuestro Señor, por cuanto, transcurridos apenas dos años de haber sido
semi destruida por la incontenible y desbordada furia del río Piura, convertido en Atila líquido; ahora,
indefectiblemente, volverá a arrasar la ciudad y anexos ubicados aguas abajo,
sin duda como fulminante y merecido castigo por no haber reaccionado adecuadamente ante el aviso que nos lanzó el
verano del 2017.
¿Cómo diablos pudimos
ser tan insensatos de no adoptar, en el término de la distancia, las obvias
medidas de PREVENCIÓN tendentes a evitar, en el futuro, tan tremebunda
destrucción: Des colmatando, a consciencia y efectivamente, el cauce del río,
construyendo indestructibles muros de concreto (como el que tiene en marcha
Trump) reemplazando las obsoletas y endebles defensas levantadas a lo largo del
río y, peor aún, por haber desdeñado los
indispensables reservorios satélites en las alturas del valle para atenuar las
descomunales avenidas?
Pero, se preguntará usted, estimado lector,
en qué se basa el escriba y/o qué bicho lo picó para mostrarse tan pesimista
respecto al próximo futuro. La respuesta, es una señal lapidaria, determinante
e indiscutible:
En la residencia del
Opus Dei, ubicada entre la calle Lima y el Malecón Eguiguren, en las puertas
que lindan con este último, se han levantado muros de ladrillo protegiéndolas
del agua del río que, próxima e irremediablemente, como sucedió el verano del
2017, volverá a inundarnos.
Tal no es el único indicio de que la
inundación está ad portas como lo
ratifican la gran cantidad de entidades, bancarias, comerciales y de diverso
orden asentadas en el centro de la ciudad, que han procedido a proteger sus fronteras con
formidables e infranqueables barreras conformadas por miles de sacos llenos de
arena
Pero, otra vez, se preguntará usted, estimado
lector, ¿acaso estas acciones no se
deberán a una reacción propia de gente medrosa y/o asustadiza ante la brutal desinformación
propalada, cotidianamente, por los medios, de tal modo que
no puede utilizarse como demostración de que el citado “Atila” nos arrasará
nuevamente?
Lamentable y fatalmente, la respuesta es no,
por cuanto tras esa medida de prevención tienen que estar los súper técnicos de
la Universidad de Piura, del Opus Dei, especialistas reconocidos mundialmente
como avanzados estudiosos del comportamiento del clima. Ergo, piuranos, están
avisados, imiten a los que saben, pongan las barbas en remojo, traten de poner a buen recuadro sus bienes más
preciados y, encomendados a Dios, esperen la llegada de las aguas desbordadas.