ALEVE Y MENTIROSA

(Piura, 20 enero 2020)

Luis Gulman Checa

Tales calificativos merece la incalificable campaña desatada por el diario “Correo” en contra de Reynaldo Hilbck Guzmán, achacándole la responsabilidad por el monumental robo al erario, usando de cholitos a los alto piuranos, inmersa en la ejecución del Proyecto Alto Piura.

La edición de la víspera del citado diario es un monumento (la Muralla China a su lado es una zapatilla vieja) a la media verdad, la cual, al ser esgrimida con fines protervos y/o inconfesables, airea la pobre catadura moral del autor.

En primera plana y con gran fotografía del susodicho, publicó lo siguiente:

LAVA JATO DA LUZ VERDE

“El equipo de Rafael Vela asume la investigación contra el exgobernador Reynaldo Hilbck y 19 funcionarios acusados de haberse coludido con la empresa brasileña Camargo Correa en perjuicio del proyecto Alto Piura”

¿Acaso estoy diciendo que el exgobernador es absolutamente inimputable en la larga serie de despropósitos perpetrados los últimos diez años aprovechando el tan anhelado proyecto para robar al erario y colmar asquerosos bolsillos?

La respuesta es negativa, por cuanto, desde que asumió Javier Atkins la presidencia regional, él fue designado presidente del Consejo Directivo del Alto Piura hasta que, por razones desconocidas, rompieron palitos y surgió como candidato a comandar la región con el siguiente slogan: En la honestidad está el cambio. Ergo, sí tuvo alguna participación. Sin embargo, realizando un imaginario listado de responsables perpetradores de tamaña estafa, en caso figurara, podría ser, m/m,  tras el 123.

Estimado lector, obtenga usted sus propias conclusiones respecto a lo expresado líneas arriba  a partir de la siguiente secuencia de hechos:

·         El contrato con Camargo Correa se suscribió cuando César Trelles Lara era presidente regional; Juan Coronado Balmaceda presidía el Consejo Directivo del Alto Piura y Humberto Correa Cánova ejercía la gerencia general del Alto Piura, razón por la que su firma selló el contrato con la empresa brasileña. Sin embargo, ello no fue todo: el factótum de tal negociación, según confesión de parte, fue Remigio Morales Bermúdez.



·         Como tenía que ser, por cuanto se contrató a C.C. para ejecutar una obra que nadie sabía cómo ni dónde debía efectuarse, el contrato no solo fue rescindido sino que la contratista, estrictamente estafada por el gobierno regional, legítimamente ganó el arbitraje interpuesto.

·         La rescisión  sucedió cuando gobernaba Javier Atkins. ¿Qué actitud asumió? Increíble e imperdonablemente, imitando a su antecesor (quien contrató a un “compañero” para preparar un remedo de Expediente Técnico en tiempo récord y pagando  una peseta frente a los varios millones que vale un auténtico Estudio Definitivo), hizo exactamente lo mismo, convocó otra licitación ganada por un consorcio que ni vale la pena precisar y,  como hasta un pollino lo hubiera podido adivinar, el contrato fue resuelto y le abrió la puerta al contratista para entablar varios arbitrajes que sin duda ganara.

La cereza sobre la torta de la tragicomedia en que devino la ejecución del Proyecto Alto Piura, es la siguiente:

Recordemos que el PEIHAP fue un invento ilegal de César Trelles Lara (y sus asesores)  con el evidente propósito de saquear el erario, razón por la que el MOF, a diferencia de lo estipulado en el PECHP, deja en manos de la autoridad regional, antes presidente y ahora gobernador, la última palabra/decisión.

Entonces, si cuando ambos inejecutables contratos fueron suscritos, Reynaldo Hilbck Guzmán no era el mandamás regional ni gerente general del Peihap:

¿Cómo diablos puede ser el primer y principal responsable de este bárbaro latrocinio para vergüenza de los piuranos?

Pregunta final:

¿Alguna vez, el ilustre Colegio de Ingenieros, se pronunció respecto a los crímenes/barbaridades señalados ut supra?