PIURANO ILUSTRE
(Piura, 29 enero 2020)
Luis Gulman Checa
Los piuranos, fatalmente acostumbrándonos a la
mediocridad y el negativismo, estamos pasando por alto que un paisano, oriundo
de Huancabamba, ha logrado la máxima votación a nivel nacional en los recientes
comicios congresales, pues, como parecería ser absolutamente desconocido en
nuestro departamento, Daniel Urresti Elera (primo de Nimia), vino al mundo en
nuestro ande.
Lo de ilustre considero lo tiene merecido por
cuanto, hasta donde recuerdo, como funcionario, desde que salió a la luz
durante el gobierno de Ollanta Humala, puede afirmarse actuó impecablemente en los cargos que
desempeñó. Incluso, recordemos, por un tiempo fue el candidato natural a la presidencia
de la República por el Partido Nacionalista Peruano para suceder al mencionado.
Naturalmente, estando el ambiente en el país
tan contaminado requiriendo a gritos una fumigación para, supuesta e idealmente,
eliminar todas las alimañas que lo están tornando irrespirable; no faltará
quien salga a descalificarlo tildándolo de ASESINO amparado en un hecho,
acaecido m/m medio siglo atrás en el curso de la barbarie desatada por Sendero Luminoso
y el Movimiento Túpac Amaru, lo cual, teniendo en cuenta las decenas de miles
de occisos de uno y otro bando en medio del caos imperante, merece calificarse
de refrito.
Me pregunto, como simple y modesto ciudadano de
a pie, lo siguiente:
Si nuestras autoridades
representativas tuvieran un adarme de visión y sentido común, ¿acaso no
debieran invitarlo a Piura para homenajearlo, como, por ejemplo pocos días
atrás estuvo Marco, hijo del recordado maestro Néstor Martos, por el mérito de escribir poesía, cualidad digna y
respetable pero absolutamente inútil para aliviar los problemas que aquejan a
tantos piuranos menesterosos, como, por ejemplo, los de Locuto clamando por agua
para calmar la sed?
Recordando el pasado para no volver a tropezar
en el futuro, muchas veces me he preguntado si nuestro paisano, convertido con
el tiempo en el “Atila” que destrozó la agricultura incluida la de su tierra
natal; hubiera actuado con tanta saña mezclada con resentimiento y afán de
venganza si, cuando estuvo destacado en la Primera Región Militar, poco tiempo antes
de auparse como mandatario de facto, hubiera sido acogido y bien recibido tan
igual como se les trataba antaño a los jefes militares.