SULLANEROS: NI FRÍO NI CALIENTE

(Piura, 17 enero 2020)

Luis Gulman Checa

No estoy seguro si el impase surgido en la ciudad de Sullana, a raíz de la anhelada y necesaria construcción de la Planta de Tratamiento de las Aguas Residuales para que la linda laguna con que cuenta  deje de ser una pestífera letrina; es para reír o llorar. ¿Por qué? Por la incalificable reacción de algunos pobladores, entre ellos, ni más ni menos,  importantes dirigentes gremiales, quejándose y poniendo el grito en el cielo por cuanto los trabajos les generarán inconvenientes pasajeros/temporales.

El único mecanismo posible para que trabajos/obras de tal naturaleza no originen inconvenientes a las personas durante el plazo de construcción, sería mudarlas a todas de modo que la zona de trabajo quede absolutamente deshabitada.

En la cercana ciudad de Piura, poco tiempo atrás, se realizó una obra de gran calidad y conveniencia como fue la remodelación de la avenida Sánchez Cerro. ¿Acaso hubo llantos y lloriqueos de las decenas de responsables de los negocios instalados a su vera que, obligada y necesariamente, vieron afectada su economía por la inaccesibilidad y/o muy difícil acceso?

Analizando la situación creada a través de otro cristal, preguntémonos si los medios actúan seria y civilizadamente cuando levantan declaraciones como las comentadas o, por lo contrario, optando por la seriedad, debieran dejar de  cubrir  declaraciones irracionales como las comentadas.

Retrocedamos unos cuantos años recordando cuando en el centro de la ciudad de Piura se remodeló el Sistema de Desagüe, ocasión en la que también hubo algunas actitudes similares a la que se viene dando en Sullana. ¿Ejemplos?

·         La defensoría del Pueblo se quejó por el ruido producido al romper el pavimento, lo cual molestaba a niños de pecho y mascotas.
·         Un asesor de la alcaldesa, doña Ruby Aguilar, la presionó para que prohibiera romper el pavimento de la Plaza de Armas frente al ¿Palacio? Municipal. Felizmente hubo otro que racional e inteligentemente le hizo ver la supina estupidez inmersa en tal consejo.

Tomando el ejemplo dado por algunos sullaneros, me pregunto si, cuando algún día, ojalá del presente siglo, la autoridad competente decida adecentar/higienizar el malecón Eguiguren, a la vera del río, surgirá algún ¿deficiente mental? que proteste por cuanto sufrirá graves dificultades para acceder a su vivienda.

¿Cuál es la información trascendente respecto a la obra sullanera?
Vergonzosamente, que está en veremos por cuanto los gremios de construcción civil están enzarzados en determinar cuál de ellos le clavará las garras.