URGENTE: RESTITUIR LA CÁMARA DE SENADORES
(Piura, 08 octubre 2017)
Luis Gulman Checa
Basta y sobra con traer a colación el archí
conocido refrán que dice: Dos cabezas piensan mejor que una, para, en el término de la distancia y
descartando discusiones vanas como, por ejemplo, que ello implicará un mayor
desembolso del erario; debería restituirse el Senado el cual, no lo olvidemos,
fue clausurado cuando en el Perú el Estado de Derecho estaba conculcado.
¿Acaso el dictado de leyes no es, por lo
menos, tan serio y trascendente como administrar justicia? Si lo fuera,
consideremos no solo las varias
instancias y el tiempo transcurrido para que ésta quede consentida y
ejecutoriada, sino los radicales cambios de criterio que se dan de un escalón a
otro.
Un hecho oportuno de traer colación es la
barbaridad que quiso perpetrar el “Angelito”
AGP nacionalizando la Banca, burrada que pasó como por un tubo por la
Cámara de Diputados pero que, felizmente, el Senado liquidó
¿Acaso no es un hecho que todos los países
auténticos cuentan con dos Cámaras Legislativas? Entonces, ¿qué
esperamos para corregir una de las lacras que dejó al país el gobierno de AFF?
Lo único que debe hacerse es la respectiva reforma constitucional, la
cual, en primera instancia y como es obvio, está en manos del Congreso aprobándola en dos legislaturas consecutivas
y, así, el Senado renacería.
Sin embargo, preguntémonos, ¿acaso no
tendríamos que ser caídos de un palto altísimo para creer que un Congreso como el
actual - que me abstendré de calificar – sería capaz, aunque fuera una sola
vez, de actuar poniendo por delante los auténticos intereses de la nación
postergando sus propios y bastardos que los impele a seguir enquistados mamando
de la ubre pública?
Felizmente hay otra vía y es el referendo, bastando
para su convocatoria que el 10% de los electores hábiles lo soliciten.
Preguntémonos:
Si se pusiera en
marcha un movimiento ciudadano con esta finalidad, ¿acaso no recolectaría ese
magro 10% en el término de la distancia?
Pero la falta del Senado no es el único
problema de naturaleza electoral que nos aqueja, pues también hay otro y muy
grave: la obligatoriedad de votar.
Analicemos un contrasentido absoluto:
Si el voto es un
derecho del ciudadano y, siendo que por su propia naturaleza los derechos se
ejercitan cuando al individuo le viene en gana, ¿cuál es el fundamento para, en
el caso del voto, obligar, poniéndole una
pistola en la sien (la multa) a ejercerlo?
Los “congresistas”, motu proprio, jamás darán
luz verde a estas iniciativas vitales para nuestro progreso. ¿Por qué? Por
cuanto, fatal, lamentable pero realmente, hay enorme cantidad de conciudadanos
obligados a votar que, honradamente, lo
hacen a favor que los pícaros y sinvergüenzas que les obsequiaron una lata de
leche, un polo o una gorra.
Así, estimados conciudadanos, los peruanos
debemos dejar de ser ovejas estúpidas y actuar, de acuerdo a ley, para zafarnos de
las garras de los “políticos” de
hogaño que nos tienen atrapados tragándonos de a pocos.
Juntémonos, aunemos esfuerzos y, pensando
solo en el bien del Perú y la mayoría de peruanos pongámonos en acción para
disponer de los mismos derechos de países vecinos como Colombia y Chile, con
Senado y voto facultativo.