BENDITA LIBERTAD DE PRENSA 
Augusto Rey vs. Aldo Mariátegui
(Piura, 23 noviembre 2018)
Luis Gulman Checa
Los mencionados no solo son columnistas, de lunes a viernes, de “Perú.21” sino comparten la página central, es decir, mismo ring de box con una esquina para cada uno, quedando la función del árbitro a cargo de los lectores.

Recordemos que la libertad de prensa o expresión no es más que el derecho de toda persona de publicar sus ideas libre y voluntariamente sin que, previamente, deban pasar por un tamiz semejante a la antigua Inquisición.

Así, en la edición del día de ayer los contenidos de sus columnas me trajeron a la menta el match de box ocurrido en Zaire, en 1974, entre Alí y Foreman, por cuanto, así como los estilos de los boxeadores eran opuestos: delicado y grácil vs fuerza bruta, así también los escribas, mientras uno derramó mieles sobre el accionar  del Sistema de Justicia (Augusto Rey), el contrincante lo anatematizó  haciendo cera y pabilo de su desempeño, obviamente en el contexto actual cuando los antaño intocables, ahora, gracias al caso Lava Jato, están pasando por el tamiz de la justicia tan igual como cualquier hijo de vecino.

Dios me libre de osar darle la razón a uno u otro, por cuanto, habida cuenta que todos somos libres de pensar/opinar tal y como nos salga del forro, en principio, quien expresa lo que le nace del alma, tendría razón.

Augusto Rey:

·         Cuando las baterías se dirigieron contra PPK, Humala y Toledo, el aprismo celebró. Sin embargo, ahora cuando se investiga a AGP por las mismas razones, denuncia persecución política.

·         Cuando Ollanta y Nadine fueron presos, el fujimorismo elevó al altar de los héroes de la patria al juez Asunción Carhuancho. Sin embargo, cuando le tocó a Keiko, dijeron que el Perú era un país totalitario que mal usaba la justicia para perseguir opositores.

·         Cuando la fiscal Juárez Atoche se apersonó al colegio de las hijas de Ollanta y Nadine en horas de clase, nadie vio abuso y se consideró mera medida preventiva para evitar una fuga, pero, cuando la fiscalía interviene un estudio de abogados en busca de pruebas contra Keiko, el gobierno, para ellos, se tornó dictador.








Aldo Mariátegui:

·         Ante el pedido de la fiscal Zully Riveros de imponer 22 años de prisión para quien arrastró de los cabellos a su novia por calles de Miraflores, le increpa su excesivo rigor habida cuenta que no se trata de un terrorista, secuestrador u homicida. Incluso la satiriza mencionando le faltó poco para pedir sea quemado en la Plaza de Armas (*) y/o descuartizado como Túpac Amaru III.


·         ¿Acaso el Ministerio Público piensa mudarse al local donde quedaba la Inquisición? ¿Se habrá reencarnado el visitador Areche?

·         Los abusos de las fiscalías son aplaudidos por las masas ignorantes y los medios callan o incitan por rating, miedo o complicidad.

·         Cierre de columna:” Idi Amín hubiera preferido ser peruano antes que ugandés”.

Usted, estimado lector, es el árbitro, ¿quién cree que ganó la pelea?
(*) Hace tiempo he planteado la aplicación de esa pena (previo corte de los cojones con tijera sin filo y sin anestesia) para los violadores, especialmente de criaturitas.