¿P R E V E N C I Ó N?
(Piura, 28 noviembre 2018)
Luis Gulman Checa
Definida como medida o disposición anticipada
que se toma para evitar suceda algo negativo. Ejemplo: si estamos en época de
lluvias las que, generalmente, se inician al caer la noche y usted sale de casa
a las 19.00 horas calculando volver transcurridas tres o cuatro, precavidamente portará un paraguas.
La antítesis del sentido de la prevención
está magníficamente representada en una información aparecida en la edición de “Correo”
de la fecha:
Un total de 73
proyectos de riego deben iniciarse este año en Piura.
La información sería formidable si el
calendario marcara marzo o abril pero, como fatalmente casi estamos en
diciembre, confirma la incapacidad, de todo orden, de nuestras autoridades, por
la siguiente elemental razón:
Si los medios, cada
día, amenazan más con sus pronósticos que el 2019, nuevamente, seremos azotados
por un Niño, se requiere ser retrasado mental para programar obras de esta naturaleza
existiendo grandes probabilidades que las lluvias generen atrasos, daños e incremento
desmedido de gastos generales por ocurrencia de situaciones no previstas.
El párrafo final de la información es digno
de ponerlo en un cuadro al ser un real pan con mango:
“El
funcionario señaló que lo más importante es tener los recursos y estudios
comprometidos, para que se tenga la seguridad de que se cuenta con el dinero y
se inicie la obra a fin de año, debido al atraso y al temor por las
probabilidades de que ocurra el fenómeno El Niño”.
Como verá, estimado lector, no hay que ser un
súper experto para comprender la irracionalidad implícita en esta clase de
decisiones, donde, según se aprecia, antes que la normal ejecución de las obras
se pone por delante la llamada ejecución presupuestal sin importarlas
ni un comino, a los responsables, que el dinero termine en el desagüe o en
sucios bolsillos.
Pregunto:
La Contraloría
General, celoso e incorruptible cancerbero de los recursos del Estado, ¿no
debería frenar estos disparates?