CUANDO LLUEVE…….
(Piura, 06 noviembre 2018)
Luis Gulman Checa
… todos se mojan, preciso e indiscutible
aserto reflejando que tanto las bendiciones como las calamidades que Dios, de
vez en cuando, en su infinita e inextricable sabiduría derrama sobre nosotros;
afectan a todos sin distinción de raza, condición socio económica ni actividad.
Evidentemente, las consecuencias que tales
decisiones divinas tendrán sobre cada persona no serán las mismas, pero, de lo
que no queda la menor duda, es que todas se “mojarán”, es decir, serán afectadas.
Así, en la hora actual, agricultores que se
abastecen de agua a través del canal Miguel Checa, que han olvidado la
condición natural del clima, están clamando, lloriqueando y quejándose porque el
malhadado
y desnaturalizado PECHP ha optado por cerrar las compuertas del
reservorio de Poechos secando el canal que los abastece, situación que,
inevitablemente, los afectará.
¿Qué inmundo bicho
infectó al Ing. Eugenio Tadeo que decidió cortar el agua?
La cruda realidad: el
reservorio, a la fecha, almacena solo 125 MMC y recibe un aporte de 9.22
m3/seg.
La delicada situación que afrontan los
señalados quejosos ha sido originada por ellos mismos por cuanto, cuando debieron
poner
el grito en el cielo prefirieron callar en siete idiomas. ¿Cuándo
sucedió ello? En el momento que sus compadres del mismo valle del Chira decidieron
desperdiciar el agua regulada en un cultivo de dos por medio como el arroz en
segunda campaña.
Sin ninguna duda, de no haberse perpetrado
tremenda barbaridad (cuyos principales responsables son las autoridades
(in)competentes que lo permitieron), los quejosos de ahora estarían felices y
contentos regando sus cultivos y confiados que, en poco tiempo más, se abrirán
las compuertas del cielo y la normalidad hídrica será repuesta.
Pero no solo en el Chira se
cuecen habas, según información
del Alto Piura, don Nelson Mío, aún
alcalde distrital de La Matanza, pide al primer ministro le transfiera dinero
para comprar combustible y habilitar pozos para mitigar la sequía en tan
ubérrimo y, mayormente, desperdiciado valle.
¿Acaso debemos deducir de tan estrambótico
pedido que el señor Mío y los suyos desconocen que en tal valle llueve como
también no llueve, razón por la que existen pozos tubulares que,
necesariamente, tiene que estar equipados y operativos, justa y precisamente,
para procurar el agua cuando el clima es esquivo?
Señor alcalde: ¡No
moje que no hay quien planche!