¿PIURA FUE DESTRUIDA EL 2017?

(Piura, 24 noviembre 2018)

Luis Gulman Checa

El paso del tiempo, que hace aparecer la verdad, está revelando que luego del mediocre período lluvioso del 2017 (en comparación con los auténticos FEN), se cometió el error de hablar de Reconstrucción y, para peor, con Cambios, tal y como si nuestra tierra hubiera sido arrasada por un fenómeno natural como los que, curiosamente, están dándose por toda la tierra originando bárbaras destrucciones - el incendio en desarrollo en California -  además de cobrar vidas humanas;  dejando al nuestro como niño de pecho.

Con todo respeto, digo que siento vergüenza cuando algunos de los nuestros claman al cielo por las pésimas condiciones en que se desenvuelve nuestra vida por desidia/descuido de las autoridades quienes, en vez de reaccionar prestamente luego del brutal castigo que nos infringió la naturaleza destruyendo colegios, hospitales, puentes, canales de regadío, carreteras, calles, veredas, avenidas, cientos de miles de casas habitación, etc., etc.,, permanecieron dormidas dándole largas al asunto creando organismos ineficientes los cuales, para peor, cayeron en manos de ignaros/incompetentes.

Con la mano en el carrazón, planteémonos la siguiente reflexión:

¿Acaso no es la pura verdad que cada colegio, comisaría, canal, etc., que fue “destruido” por las lluvias del 2017, si así hubiera sucedido, los verdaderos responsables fueron quienes tomaron la decisión de ejecutarlos no solo zurrándose en las más elementales normas de calidad constructiva sino, peor aún, actuando como si fueran chilenos los ubicaron en lugares bajos y/o sin drenaje natural?

Entonces, siendo la pura verdad que en Piura requerimos urgentemente una radical RECONSTRUCCIÓN, también es cierto que la misma no se refiere a obras civiles sino a los cerebros de nuestras autoridades insuflándoles   sentido común, honestidad,  capacidad de raciocinio y cualidades conexas. ¿Por qué?

Por cuanto, si quienes estuvieron al frente de las entidades públicas los últimos decenios, mayoritariamente, hubieran lucido los atributos precisados, las lluviecitas del 2017 no hubieran causado el menor daño, como, por ejemplo, sucedió en Chulucanas o en Morropón.

Como las personas de bien saben reconocer sus errores, en vez de quejarnos culpando a extraños, empecemos reconociendo nuestra culpa porque fuimos todos nosotros quienes elegimos a esas autoridades de dos por medio.