LA CADE Y LA CORRUPCIÓN

(Piura, 29 noviembre 2018)

Luis Gulman Checa

Cómo estaremos de infectados por la malhadada corrupción que el tema central de  la 56 edición de la Conferencia Anual de Ejecutivos, por no decir único, será analizar al detalle las causas y funestas consecuencias  de tal lacra, aparente y lamentablemente, congénita entre los peruanos.

Entendiendo por corrupción la transgresión de las normas legales y los principios éticos, concluiríamos que, figurativamente, sobrarían los dedos de las manos para contar a las personas impolutas. ¿Por qué? Por cuanto, considerando que el mero hecho de colarse en una cola ya es una mancha, aunque microscópica, muy pocas personas podrían tirar la primera piedra.

Ubicándonos en un plano realista y/o poniendo los pies en el suelo,  tengamos presente que, necesaria y obligatoriamente, para que este hecho infame se concrete se requieren dos actores: CORRUPTOR Y CORRUPTO, (*) caracterizándose el primero por pagar dinero negro y, el segundo, si es inteligente y no un retrasado mental como Alejandro Toledo, por recibirlo solapadamente,  esconderlo y gastarlo a cuenta gotas.

Lo peor de este delito, que mancha por igual a ambos actores, es que siendo el principal afectado el Estado - usted, estimado lector, el suscrito y todos y cada uno de los peruanos no involucrados en la infamia -, impide el desarrollo del país y degrada el nivel de vida de millones de seres humanos.

Digresión:

Si el Perú, tan luego obtuvo su partida de nacimiento como país independiente, hubiera estado absolutamente libre de corrupción, seríamos envidiados por el mundo entero porque tenemos todo para ser un paraíso en la tierra. Fatal y lamentablemente, también abundan los “peruanos”.

En la edición de “El Tiempo” de la fecha aparecieron sorprendentes declaraciones de Elmer Cuba, director del Banco Central de Reserva:

“La corrupción debe ser, más o menos, (un gasto) del 5% del presupuesto público”

Pero, si este comercio infame es solapado, bajo la mesa y no deja huella; ¿de dónde y/o de qué registro contable obtuvo don Elmer la información para  llegar a semejante conclusión? En atención a que si queremos pensar bien debemos pensar mal, concluiríamos que el sector empresarial, obvio y lógico corruptor, lleva un registro detallado de las coimas que paga, lo que le habría permitido al distinguido economista lanzar tan contundente  aseveración.


¿Será cierto que para luchar contra lacras como la corrupción o el maltrato y abuso de varones contra mujeres, llegando al extremo de asesinarlas, necesariamente el Estado debe asignar recursos para  ello? Si así fuera, ¿querría decir que si los miembros de la PNP ganaran como congresistas, la delincuencia desaparecería como por ensalmo?

Sin embargo, parece que sí se cree en esa teoría y, para el ejercicio presupuestal del 2019, la Contraloría General dispondrá de un considerable incremento en su presupuesto para poder hacerle frente a la corrupción.

Con franqueza, ello me parce un disparate por cuanto, lo único que requiere tan vital entidad (si funcionara como debiera) para cumplir eficazmente con su deber, es contar con personas idóneas y absolutamente libres de corrupción, como, por ejemplo,  los fiscales Pérez (Lima) y Carrasco (Chiclayo).

Invocación a los señores empresarios reunidos en la CADE:

El 5% señalado por don Elmer,  desaparecería si todos ustedes asumen el sagrado compromiso de no soltar ni un mísero centavo para coimear corruptos.