PALABRAS,
PALABRAS, PALABRAS
(Piura, 07 noviembre 2018)
Luis Gulman Checa
Estando próxima la segunda vuelta electoral
para definir quién gobernará Piura los
próximos cuatro años, las actitudes de ambos candidatos me traen a la mente la
conocida y sentida canción de Silvana di Lorenzo que grafica perfectamente las
dudas que nos embargan ante tantos
desengaños sufridos en el pasado, cuando las palabras de quienes fueron
elegidos no tuvieron nada que ver con sus acciones tan luego accedieron al “trono”.
Habida cuenta el origen que hermana a los
candidatos, la serranía piurana, sería
ideal la realización de un fórum/cónclave/aquelarre con los siguientes participantes,
fines y localidad:
Reunidos en las Huaringas
los veinte principales/reputados maestros de las artes ocultas, abocados a
espulgar, de pies a cabeza, a los señores García y Paz, hasta determinar cuál de ambos, según
sus clarividentes mentes, debe merecer
nuestros votos.
¡Cuidado! No es una broma. Poniendo al burro
por delante, confieso no tener la menor idea respecto a cuál favorecer con mi
voto. ¿Por qué? Por cuanto desconozco, absolutamente, sus pergaminos y
antecedentes respecto a su gestión en favor del prójimo y/o de la comunidad en
general ni, tampoco, si alguna vez ocuparon algún cargo trascendente, sea
público o privado y, si así hubiera sido, cómo lo desempeñaron. En suma, para
el suscrito, son dos desconocidos que aparecieron como por arte de magia, salvo
que algún iluminado sostuviera lo contrario basado en sus múltiples postulaciones
al cargo, sea personalmente o por interpósito hermano.
Sin embargo, además del imprescindible fórum
propuesto, considero que los candidatos, por elemental respeto a los electores,
deberían presentarnos a quienes integrarían sus equipos de gobierno. Ello nos
permitiría, si los mismos no fueran también absolutos desconocidos y en atención al aserto: dime con quién andas y te diré quién
eres, optar por el más conveniente.
Finalmente, con todo respeto, me
permitiré hacerles recordar que la tarea
que uno de ellos asumirá el próximo 1° de enero será digna de compararse con los
doce trabajos de Hércules, con la sutil diferencia que en vez de matar leones,
limpiar establos o capturar toros, entre otras; deberán matar infinidad de
rateros aconchabados en puestos públicos; limpiar planillas asquerosamente
recargadas con inútiles parientes y paniaguados de exautoridades y capturar a
los prófugos estafadores del Estado que están desaparecidos.