ARRIBA LAS DAMAS

(Piura, 30 noviembre 2018)

Luis Gulman Checa

Reconfortante información apareció en la edición de “El Tiempo” del día de ayer sobre la absurda pretensión  de pobladores del Medio Piura de continuar trastocando la paz y tranquilidad del campus de la Universidad Nacional de Piura, cuando, el gobierno regional, ha construido una formidable vía ad hoc para darle independencia a la casa de estudios:

Provías Nacional exige uso de la vía alterna tras millonaria inversión.

Funcionaria de Provías dice que el GORE es el encargado de cambiar trazo de vía departamental que cruza la UNP.

Doña  Victoria Miranda Vidaurre, ingeniera civil con maestría en vialidad, funcionaria de Provías Nacional y con 14 años laborando en el GRP; durante la última reunión entre gobierno regional, autoridades universitarias y municipalidad de Piura para definir el litigio sobre prohibir o no el libre tránsito por el corazón del campus, lanzó las siguientes frases:

·         No hay impedimento legal para el cierre del campus de la UNP exhortando a utilizar la vía alterna al “Camino Real” por la millonaria inversión realizada.

·         La solución no está en Lima sino en manos del gobierno regional, competente para cambiar el trazo de la vía departamental que cruza la casa de estudios.

·         El gobierno regional no tiene que hacer consultas a Lima. Adicionalmente, para obtener presupuesto y aprobación del SNIP previo a la construcción de la vía alterna, debió demostrar que el camino actual (cruzando la UNP) no es viable. Entonces, de permitir que el tránsito continúe atravesándola, implícitamente, estaría aceptando que, al construir la vía alterna, invirtió indebidamente.

·         Me sorprende que a estas alturas del siglo XXI sigamos hablando de Camino Real. Lo único que vale es el clasificador de rutas del MTC.

Siendo ignaro en la materia, como en otras miles, motiva el presente el temperamento y decisión de la funcionaria demostrativos de una entrega total al cumplimiento de sus deberes/obligaciones, cualidad que si fuera imitada por el grueso de funcionarios locales, el estado de cosas en Piura sería diametralmente opuesto al triste y lamentable actualmente imperante.