ARCC: TREMENDA IRRESPONSABILIDAD
(Piura, 06 febrero 2020)
Luis Gulman Checa
La edición de “El Tiempo” de la víspera trajo una información que, en tiempos y situaciones
normales, hubiera sido auspiciosa, pero, ante el desastre abatido sobre el Perú
por el incontenible mal de la pérfida/maldita ELECCIONITIS, equivale a una
catástrofe inminente:
ARCC transfiere más de
S/. 35 millones a municipios y exige alto nivel de ejecución.
Titular de la Reconstrucción advierte que los alcaldes
inician el año con mayores recursos para acelerar las obras que Piura requiere.
Reflexione, estimado lector (a), respecto a qué
opinaría usted si el entrenador de un equipo de fútbol mandara al campo como
puntero izquierdo a alguien que sufrió la amputación de su pierna izquierda debajo
de la rodilla. ¡Locura! ¡Irracionalidad!. Tales expresiones describirían
vuestra opinión. Pero, se preguntará usted, ¿qué diablos tiene que ver la
reflexión con los más de S/. 35 millones entregados a municipios?
Que, con toda
seguridad, el amputado aportaría más a su equipo que la contribución de las
municipalidades a la ciudadanía por cuanto, los millones recibidos, dormirán,
serán dilapidados y/o destinados a obras de dos por medio.
Digresión:
Leí por ahí que un acucioso abogado está
demandando la vacancia del alcalde provincial de Piura por ABANDONO DE TRABAJO.
Afirma que, de 15 sesiones
programadas el año pasado, solo asistió a 04.
¡Absolutamente inaceptable!
La presente crítica se funda, únicamente, en
el más elemental sentido común al ser
evidente la total incompetencia de la ¿autoridad? municipal para cumplir con
sus deberes propios, los cuales, comparados con la responsabilidad de ejecutar
obras públicas de cierta envergadura; devienen en nimiedades y/o adefesios.
Entonces, si son incapaces de cumplir con tareas elementales, ¿acaso no es una
total irresponsabilidad encargarles ejecutar obras públicas?
Se suponía que la pomposa ARCC sería un ente
autónomo que tendría a su cargo la ejecución de las obras priorizadas, para lo
cual, necesariamente, hubiera tenido que contar con EQUIPOS profesionales de primer nivel para
manejar/conducir los procesos, fundamentalmente ingenieros y abogados especializados. Sin embargo, devino en un
ente que nunca definió si se consideraba chicha o limonada.