CONGRESISTAS Y RECONSTRUCCIÓN
(Piura, 04 febrero 2020)
Luis Gulman Checa
Ratificando que en Piura se ha perdido la brújula, es decir, andamos cual invidentes hurgando con el figurado bastón sin rumbo ni destino; ya se  está echando sobre los hombros de los flamantes congresistas la responsabilidad de sacar adelante la tan “mentada y manoseada” reconstrucción, término demasiado grueso para lo que dejó el verano del 2017: La revelación que las obras públicas y  planificación en Piura habían estado en manos de ignaros y/o incompetentes y/o corruptos.

Reiterado ello y volviendo al fondo del presente, recordemos que no es tarea del Congreso de la República, foro al que se integrarán nuestros elegidos; ejecutar obras ni manejar recursos del Estado, tarea a cargo de instancias menores de gobierno: Ministerios, Gobernaciones, Municipalidades, etc.

Ratificando lo expresado, en adelante los congresistas deberán pensarlo muchas veces antes de mostrar interés en la ejecución de tal o cual obra a juzgar por la situación que viene afrontando la aún congresista aprista Luciana León, sobre quien estaría pendiendo una condena por varias décadas, según opiniones vertidas por algunos “expertos”,  justa y precisamente por su denodado interés en obtener presupuestos para ejecutar obras en la municipalidad distrital de la Victoria, Lima. Obvia y naturalmente, el caso citado tiene otros ingredientes como las supuestas coimas pagadas a la congresista por los ejecutores de los obras. Sin embargo, si en el futuro algún congresista se empeñara y lograra sacar una obra adelante, así como Luciana, ¿acaso no será lo más probable que, habida cuenta el asqueroso ambiente imperante, no será también acusado de haberse motivado por la coima que le caería del contratista?

Lo más sorprendente es que el primer pronunciamiento echando esta carga sobre los congresistas provino de integrantes del Consejo Regional, el pomposamente denominado Legislativo Regional, es decir, a nuestro nivel, equivalente al Congreso de la República, cuya principal actividad, especialmente en los últimos tiempos, ha sido fiscalizar y/o hacerle la vida imposible al presidente  de la República.

Resulta que nuestro Consejo que debe fiscalizar al gobernador, Servando García, hasta la fecha viendo siendo un cero a la izquierda y/o nulidad absoluta por cuanto, el susodicho, ubicado en las antípodas de cómo se portaría un piurano de bien, desde el primer día actuó como, supongo, lo habrán hecho los chilenos que asolaron/saquearon nuestros país el siglo antepasado, es decir, desplegando los mayores esfuerzos para golpear aún más, las ya maltrechas instituciones piuranas, como, por ejemplo, el crucificado PECHP.

Señores consejeros regionales:

Pónganse la camiseta y coloquen camisa de fuerza a Servando.