CERO EN GESTIÓN PÚBLICA
(Piura, 19 febrero 2020)
Luis Gulman Checa
El deterioro de las condiciones de vida en
nuestro departamento de Piura, que empezó a manifestarse décadas atrás y sigue
agravándose con el transcurrir del tiempo; hasta para un ciego se debe al pobre
nivel y/o supina incapacidad/falta de idoneidad de las autoridades que hemos
venido padeciendo, situación aún más lamentable por cuanto no nos fueron
impuestas por los chilenos sino elegidas por nosotros.
Analicemos algunas de las informaciones aparecidas en medios locales:
·
Incautan
50 sacos con roca de oro valorizados en S/. 200 mil.
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Denuncian
a exgerentes del PECHP por colusión.
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Moradores
de Cossío del Pomar bloquean vía exigiendo servicio de agua. Fue suspendido atrás
sin previo aviso.
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Comité
habría favorecido al Consorcio Inundaciones (Cuya conformación es un misterio).
·
Hospital
de Sullana no tiene expediente y se retrasaría su ejecución por cuanto nadie
sabe cuál organismo será el encargado.
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¿Logrará
desactivar nuestro indescriptible alcalde
la anunciada huelga de los tres sindicatos de la comuna?
Paralela e
inconcebiblemente, los medios - ¿en contubernio con el Ministerio Público? -
tienen soterrado en el sótano de los cachivaches el bárbaro y brutal robo
agravado por colusiones y otros delitos implícitos en la ejecución de Proyecto
Alto Piura
La pequeña síntesis expuesta ut supra basta y sobra para ratificar lo
expresado en el párrafo inicial. ¿Por qué? Por cuanto todas las lamentables
situaciones señaladas se deben, única y exclusivamente, a la falta de acción,
capacidad, criterio y, también y evidentemente COJONES, de nuestras
autoridades.
Limitémonos a profundizar la incautación de los
sacos con roca de oro. ¿Acaso los mismos no son consecuencia de la minería
ilegal, informal, anti técnica y contamínate desatada en las partes altas de
las cuencas de nuestros ríos tan luego los bravos y valientes defensores del
medio ambiente echaron, cual perros sarnosos, a quienes pretendían explotar
técnica, racional y legalmente, riquísimos yacimientos auríferos ubicados en
eriales costeños con el tácito beneplácito de las autoridades de turno?
Siendo ello tan cierto como que la noche sucede
al día, ¿acaso no deberíamos preguntarnos qué pasó o dónde diablos de
escondieron los adalides de las huestes que echaron a los “perros sarnosos”
quienes no esgrimieron sus armas decapitando, no tan figurativamente, a quienes
se aposentaron en las alturas contaminando todos nuestros valles? ¿Y las
autoridades? ¿Acaso existen?