¿CANDIDATOS COMO CANCHA?
(Piura, 26 septiembre 2020)
Luis Gulman Checa
Si, finalmente, se concretara la participación
en los comicios del próximo abril, para elegir presidente de la República, de
TODOS los que vienen sonando como posibles candidatos; no dudo que ello
generaría un imaginario alud que nos borraría del mapa, como, fatalmente,
sucedió el 31 de mayo de 1970 cuando desapareció la población de Yungay a causa
de un gigantesco alud originado por un terremoto
, el cual equivaldría a un simple
temblor en comparación con el desastre que
podría sobrevenirnos.
Haciéndoseme difícil aceptar que personas
pensantes, educadas y, no tengo la menor duda, amantes de su patria, como algunas de las que
vienen sonando como posibles candidatos, sean incapaces de vislumbrar que, si
todas ellas finalmente participaran, generarían una irracional DISPERSIÓN DEL
VOTO de los electores pensantes y conscientes, lo que, probable y fatalmente, podría abrir la
puerta para que algún indeseable/incalificable tomara palacio de Gobierno; creo
que en realidad se trata de una estrategia para pulsear el ambiente antes de
definir quién será, finalmente, el único candidato.
¿Acaso no es millones
de veces más prioritario sacar adelante el Perú antes que salvar de la
desaparición un moribundo partido político?
La pregunta
se refiere a la posibilidad que agrupaciones al borde de la desaparición,
por razones que es inútil reiterar para
no zaherir más aún a los responsables de su debacle, estén a la caza de
candidatos de nivel para hacerlos poner
el pecho en los comicios buscando pasar la valla electoral y continuar
vivos, aunque sea con respirador, en el escenario político.
De concretarse una situación como la sugerida,
descalificaría a quien se prestara a tan ruin artimaña, pues, es imaginable que no alcanzara a ver que está
siendo utilizado por unos pocos rapiñadores quienes ponen por delante sus
protervos intereses y apetitos antes que el bien de la patria.
Siendo conveniente rememorar el pasado para no
perpetrar los mismos errores en el futuro, recordemos la desgracia sufrida por
el partido cuyo lema era la FRATERNIDAD, en el período previo a las elecciones de 1980. Me refiero al
APRA, cuyo candidato final, fatal y desgraciadamente, fue Armando Villanueva.
¡Cuidado! No estoy descalificándolo como persona pero usaré el fútbol para
compararlo con Andes Townsend, con quien disputó la candidatura:
Siendo Lionel Messi un
gran futbolista, ¿algún director técnico sería tan bestia de ubicarlo en el
arco?
Inimaginable. Pues, en el fútbol como en todas
las actividades existe la especialización.
Así, entonces, siendo todos futbolistas,
cada uno posee una especialidad que lo
ubica en el lugar que le corresponde dentro del campo.
Lo mismo sucede en la política, donde no todos
han sido dotados de los atributos requeridos para ser candidato, es decir,
contar con el imán natural que los hace atractivos y confiables, y, en el caso
comentado, en Andrés Townsend no solo refulgían
las cualidades para barrer a Fernando Belaunde, sino también mostraba una
ejecutoria impecable que lo llevaría a ejercer un gran mandato.
Entonces,
si hasta un ciego era capaz de vislumbrar, aún a kilómetros de distancia, que
Armando Villanueva, no le llegaba ni a la suela de los zapatos a Andrés Townsend
como candidato del APRA, ¿cómo así un
hombre inteligente y amante de su patria pudo obnubilarse tanto que no fue
capaz de ver una verdad que relucía como el sol de Piura un día de verano?
Sin embargo, para desgracia del país se impuso
prepotentemente y, como tenía que ser (si hasta su esposa era chilena), no solo
fue derrotado sino sembró la semilla de la que brotó el árbol que produjo a
Alan García y conllevó a la virtual muerte del partido.
Los virtuales
candidatos en el próximo abril, ¿se dejarán obnubilar por satanás como A. V.?