¿INFORMALIDAD O CRIMEN DE LESA HUMANIDAD?
(Piura, 05 septiembre 2020)
Luis Gulman Checa
El día de ayer, “El Tiempo” apareció con una
pálida, débil y temblorosa portada, evidentemente dirigida a defender intereses
de unos cuantos productores de mango de San Lorenzo, cuando, la realidad, monda
y lironda, es que la naturaleza indica, a quien tenga ojos para ver, que enfrentamos una sequía extrema, como
muchas veces sufrimos en el pasado.
A los que mantuvieron y siguen teniendo su
interés/temor dirigido, exclusivamente, a los años diluviales con el evidente,
obvio y protervo propósito de saquear el erario ejecutando obras de defensa sin
ton ni son, les recuerdo que nuestra tierra siempre ha estado a merced de los
caprichos del clima. Por ejemplo, mientras los años 1950 y 1951 nuestros valles
quedaron secos y abandonados por falta
de agua, poco después, el año de 1953, el cielo abrió sus compuertas al extremo
que el valle del Chira fue destrozado por las inclementes avenidas del río.
La situación actual se presenta tenebrosa, mas
no por el perjuicio que podría sufrir la prometedora (hasta ahora) campaña del
mango, sino porque todas las localidades que, con el transcurrir del tiempo
pasaron a depender de nuestros reservorios para atender las demandas de agua
poblacional (mil veces más prioritarias que las del mango); están amenazadas de
morir
de sed.
¿A cuál crimen se
refiere el epígrafe?
Al de tirar y desperdiciar el invalorable regalo
que recibimos de parte del gobierno central: EL AGUA REGULADA. Es incalificable
y demostración de supina estupidez el no aquilatar este regalo en su justo
valor, como lo prueban dos hechos incalificables: 1) Que se entregue
gratuitamente y 2) Que se utilice para sembrar arroz, cultivo demandante de
grandes volúmenes e ínfima rentabilidad.
Por supuesto que me sumo a quienes, postrados
de rodillas, ruegan al Señor Cautivo de Ayabaca su intercesión para que cambie
el clima, nuestros reservorios queden colmados, la cosecha de mango suba hasta la
estratósfera batiendo todos los récords y, principalmente, dispongamos de agua
en nuestros hogares para el venturoso discurrir de nuestras vidas. Sin embargo, viene a mi mente
la frase bíblica: AYÚDATE QUE YO TE AYUDARÉ. ¿Acaso no es supina ridiculez rogar
al cielo para que nos envíe agua mientras, paralelamente, seguimos echando al
desagüe la que tenemos almacenada?
Para ensombrecer aún más el panorama, si ello
fuera posible, no olvidemos la información que días atrás difundió el mismo
medio: el año 2021, todos los indicadores así lo hacen prever, se presentará el
fenómeno climático denominado “La Niña”, el cual, como se comprende en
contraposición al diluvial “El Niño”, implica sequía.
¿Qué medida habría que
adoptar inmediatamente?
Cerrar, bajo siete
llaves, las compuertas de ambos reservorios e ir soltando el agua a cuenta
gotas de acuerdo a cómo lo vaya determinando quien reciba el encargo de administrar
bien tan valioso. Obvia y lógicamente, sería trágico que tal tarea se pusiera
en manos de una Comisión, pues, en tal caso, la sed nos empezaría a matar antes
de lo previsto.
Información de último minuto:
El día de ayer, mientras los aportes al
reservorio de Poechos alcanzaron los 8.86
m3/segundo como promedio del día, la descarga fue de 51.68 m3/segundo. Así,
entonces, de un día para el otro, el volumen almacenado pasó de 339.4 a 335.7 MMC. Si el desperdicio continuara tal cual, ¿cuántos días
faltarán para que quede seco?