MARTHA CHÁVEZ:
¿CIRCO EN SEPTIEMBRE?
(Piura, 04 septiembre 2020)
Luis Gulman Checa
Me refiero al comentario proferido por la
citada congresista el cual es innecesario precisar por cuanto, no tengo la
menor duda, ha dado la vuelta al mundo.
El circo se refiere a informaciones respecto a
que la Comisión de Ética del Congreso debatirá la posibilidad de abrirle
investigación preliminar por sus expresiones racistas contra nuestro flamante representante
ante la OEA.
Digresión:
Si alguien se refiriera a una dama llamándola
blonda, curvilínea y del color y belleza de Blanca Nieves, ¿podría acusársele
de haber lanzado una expresión racista contra la, evidentemente,
apreciable mujer?
Quiero decir que, para quien tenga ojos para
ver, la descripción que la congresista hizo del flamante designado se ajusta,
estrictamente, a la verdad. En consecuencia, como tal declaración no es
difamatoria ni falta a la verdad; ¿qué diablos tendría que investigar tal
comisión?
La pretendida investigación devendría en más ridícula e irracional si tenemos en cuenta
la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo Artículo 19 establece lo
siguiente:
“Toda persona tiene
derecho a la libertad de opinión y de expresión, este derecho incluye la
libertad de mantener opiniones sin interferencias…………….”
En consecuencia, si prosperara esta irracional
disección podría lograrse el efecto contrario al que, aparentemente, se está
buscando, como es denigrarla y volatilizarla haciendo de ella, por lo
contrario, una moderna Juana de Arco,
consumida en la hoguera acusada de herejía por defender sus ideas.
Por lo expuesto, el sentido común indica que el
trato que merecen las proferidas declaraciones, es el mismo que dispensan los
mininos a sus excrecencias: las tapan
con tierra para que nadie las
vea.
Finalmente, por si alguien mal interpretara el
presente considerándolo un panegírico en defensa de la congresista, preciso que
es todo lo contrario y tiene por objeto alertar a todos, empezando por los
medios, respecto a lo que se debe hacer: ponerla, figurativamente, diez metros bajo tierra y con la cabeza hacia
abajo, así, sus esfuerzos por ver la luz del sol, la soterrarían más aún.