CHINCHERO: SUGERENCIA PARA “CARETAS”
(Piura, 08 junio 2017)
Luis Gulman Checa
“Caretas”, en su edición del pasado 04 de
mayo, publicó un artículo de Nicholas
Asheshov referido al aeropuerto de Chinchero, Cusco, con el siguiente título:
AEROPUERTO CANÍBAL
Chinchero no va
Como el mismo aportó impecable contenido/información/razonamiento
descartando absolutamente la necesidad de construir un aeropuerto en Chinchero,
como lo demuestra que la
gran prensa se ha hecho la desentendida seguramente por no ser
¿conveniente? pelearse con los cusqueños; sería muy positivo para el país y el
propio Cusco que tan influyente semanario hiciera suyos los brillantes
argumentos de su distinguido colaborador embarcándose en una campaña contra tal
construcción con ímpetu similar, por ejemplo, al que viene dedicando años a
atacar/denunciar a la familia Sánchez Paredes.
Siendo obvio que nadie ha osado desmentir los argumentos expuestos por N.A., está más
claro que el agua que son ciertos e
irrefutables. Entonces, quedando así demostrado que construirlo no solo deviene
en innecesario sino sería nefasto para el propio Cusco, beneficiando
únicamente, como bien lo precisa, a los corruptos/especuladores cusqueños a los
que se
les hace agua la boca soñando con las ganancias que obtendrían rapiñando
con los terrenos del actual aeropuerto; la revista haría un inmenso beneficio al país y al Cusco si, gracias a su
tesón y empeño, se archiva tan nefasto propósito que, no debemos olvidarlo,
nació durante el segundo gobierno de AGP.
Ojalá Marco acoja la sugerencia y no repita
el error perpetrado cuando recibió del suscrito su artículo (cuatro entregas
semanales) publicado en “El Tiempo” de Piura el mes de octubre del año 2004 titulado: “Concesión de Olmos: ¿Al estilo mafioso?” y,
de inmediato llamó a mi teléfono celular
eufórico y rebosando afán justiciero reiterando, varias veces, la siguiente frase:
“Esto mata”.
También me aseguró que, en el siguiente número
de la revista, publicaría un amplio informe
sacando a la luz tremenda corruptela.
Para los no informados, el beneficiario de tal concesión fue la contratista
brasilera Odebrecht y los concedentes, al alimón, el Gobierno Regional de Lambayeque,
de Yehude Simon, y Proinversión.
Desconozco las razones que hicieron cambiar
de opinión a Marco por cuanto tal informe jamás se publicó, hecho que,
recurrentemente, me lleva a formularme
la siguiente pregunta:
¿En qué medida se
hubiera preservado el erario sí desde
aquella fecha se hubiera desnudado la corrupción infectando las altas esferas del gobierno?
Marco tiene que estar muy arrepentido por el
inmenso daño originado a nuestro país por su omisión, por lo que, confió, no volverá a tropezar
con la misma piedra poniendo todo su empeño en enterrar Chinchero.