LOS PIURANOS: ¿EUNUCOS MENTALES? (II)

(Piura, 28 junio 2017)

Luis Gulman Checa

Recordemos el festín - enriqueciendo sus bolsillos - que disfrutaron, mayoritariamente,  funcionarios foráneos miembros de las tantas entidades medrando del Ministerio de Agricultura con el argumento de proteger/defender a los pobres y desvalidos piuranos de las  precipitaciones y avenidas que los asolarían el pasado verano del 2016, las cuales, como es sabido, no se produjeron.

¡Maravilloso, halagador e imponente espectáculo el brindado por innumerables unidades de maquinaria pesada removiendo, cargando y transportando material del  cauce del río con el bendito propósito de defender la ciudad de Piura - primera fundada por el conquistador español en el Perú - de la furia incontenible de la naturaleza!

Suponiendo que fuera habitual/racional limpiar cauces de ríos tan igual como se hace con los canales de regadío, ¿acaso no tendría que hacerse en toda su extensión? ¿Cuál habrá sido la explicación técnica para determinar que semejante despliegue de maquinaria tenía que hacerse en plena ciudad de Piura - perfecta y formidablemente protegida luego del FEN de 1983 - y no, por ejemplo, en el tramo de Catacaos?

Los cauces de los ríos varían según el orden natural: mientras las grandes avenidas los excavan/profundizan gratuitamente; al ir mermando los caudales los materiales en suspensión se  depositan en el fondo  enriqueciéndolo y posibilitando que los “orilleros” planten miles de hectáreas de cultivos de pan llevar con mínima inversión (sin riego ni abono) y gran beneficio.

Digresión:

En 1983, en enero, con una creciente de m/m 2,000 m3/seg  el río elevó el tirante al extremo que destruyó el Malecón Eguiguren. Sin embargo, transcurridos unos meses y con más de 3,000 m3/seg, discurría cual acequia por el cauce excavado, es decir, su propio discurrir lo había des colmatado.

¿Cuántos puentes habrá en el Perú o en el mundo entero cuya extensión cubre tan solo  la mitad de la anchura del cauce?

No tengo la respuesta. Sin embargo, dando pábulo al título del presente, los piuranos sí tenemos un puente con tales características: el puente Independencia ubicado en el Bajo Piura el cual hemos sido incapaces de concluir para que, como todos  los auténticos puentes, vaya desde una ribera a la otra. Ello es innegable muestra de negligencia e incapacidad supinas de las autoridades ¿competentes?, únicas  responsables de las recientes y destructivas inundaciones, por cuanto, criminal y/o negligentemente, optaron por mantenerlo  en servicio en vez de destruir el muro de acceso.

A propósito, en vista que las alarmas piuranas están encendidas respecto a que, el próximo verano, el “Niño Costero” podría volver a visitarnos.

¿Ya estará en marcha el proceso para convertir el Independencia en un puente auténtico??