EL  INDULTO

(Piura, 04 enero 2018)

Luis Gulman Checa

El sainete/batahola desatado a raíz de la legítima decisión del presidente de la República de indultar a AFF, el cual generó ataques desde todos los frentes utilizando  armas de diverso calibre contra el mandatario; me lleva a reflexionar sobre nuestras convicciones: son tan firmes como hojas llevadas por el viento.

Una muestra del ataque despiadado: la edición de “El Comercio, edición de la víspera, publicó 05 columnas en la página de opinión, 04 de ellas criticando el indulto  y la otra haciendo leña de PPK por los consabidos servicios prestados por unas empresas a Odebrecht,  pagados a la luz del sol y sobre la mesa.

Recordemos dos situaciones vividas en el Perú en el pasado reciente mil veces más polémicas que el reciente indulto a AFF.

Elecciones generales año 1962. Alcanza el primer lugar Haya de la Torre, pero el porcentaje de votos no basta para ser ungido presidente y es el Congreso de la República  quien debe elegir al gobernante: Haya, Belaunde u Odría.  

Víctor Raúl - sin duda poniendo por delante la defensa del orden democrático ante el inminente peligro de un golpe de Estado,  exactamente como acaba de hacer PPK - sin dudar le ofrece la presidencia a Odría, dejando de lado la encarnizada persecución que éste desató durante su mandato de 08 años contra él y su partido, poniendo por delante  el bien del Perú protegiéndolo de caer en manos de un demagogo: Fernando Belaunde.

Sin embargo, las FF AA, una vez más (como acaba de precisarlo Walter Quiroz, Q.E.P.D.,  en su libro “La Historia de la Corrupción en el Perú”) dio un golpe de Estado el cual fue aplaudido y festejado por Fernando Belaunde.

Digresión:

¿Cuál de ambos, FBT o PPK, sería más felón y traidor a la patria?

No obstante, los peruanos, a renglón seguido, no solo  elegimos a FBT en 1963 sino que volvimos a hacerlo en 1980, a pesar de tener el imborrable baldón sobre sí de haber celebrado/aclamado un golpe de Estado por la obvia razón que convenía a sus propios intereses/apetitos (no me refiero a robar el erario).

Y Víctor Raúl, ¿de qué volumen sería la andanada de golpes y epítetos que estuviera recibiendo  por los catones de hogaño por haber ofrecido su apoyo al déspota y dictador?

Pero, fieles a nuestra dispersión mental, ambos están en el altar que cobija a los grandes hombres del Perú. ¿Qué lugar ocupará PPK en el futuro?