I N V E R O S I M I L
(I)
(Piura, 02 enero 2018)
Luis Gulman Checa
El día de ayer salí tarde de mi domicilio y
solo conseguí un número de “La República”, diario que leo de vez en cuando, una
de cuyas informaciones sustenta el presente:
Amaya: “Hilbck no
cumplió con solucionar demandas laborales”
Sindicato de Gobierno Regional advirtió que si no se
reconoce pliego de reclamos, interpondrán denuncia por no cumplir con derechos
laborales.
El secretario de Defensa del Sindicato, Manuel Mejía
Antón, precisó que la gestión de Hilbck se caracteriza por haber dejado prescribir
o archivar más de 150 procesos administrativos
a funcionarios involucrados en casos de corrupción.
Precisando, una vez más, que entre los miles
de burócratas que pueblan el aparato público algunos son muy valiosos en todo
el sentido del término; nadie, en su sano juicio, puede negar que las inútilmente
abultadas planillas públicas son una lacra que no solo sangra al Estado sino
que, peor aún, constituyen una traba para que los organismos estatales
funcionen eficientemente en beneficio de la población.
Adicionalmente, teniendo en consideración el
porcentaje de peruanos desempleados o sub empleados, según nos atosigan las
informaciones de los órganos competentes; bien se puede afirmar que los
servidores públicos, de todos los niveles y/u organismos; devienen en una elite privilegiada, por cuanto llueve
o truene, cada fin de mes recibirán su emolumento y, también, obtendrán
beneficios adicionales en Fiestas Patrias, Navidad y en el período de matrícula
escolar.
Siendo lo expresado irrefutable llama la
atención que, hasta la fecha, no haya aparecido un movimiento (por ejemplo como
el que aglutina a los conductores de moto taxis) con el siguiente lema:
¡Abajo las gollerías
de los servidores públicos!
Lo declarado por el secretario sindical de
Defensa es harina de otro costal y, de ser cierta, sí es una grave
imputación contra la gestión, especial y directamente contra la supuesta
negligencia/incompetencia/aconchabamiento de los procuradores quienes serían
los directamente responsables.
Dos reflexiones:
·
¿Se
tratará de “Chingueles” que, por dinero, obviaron su deber.
·
¿La
Contraloría General tiene competencia sobre las procuradurías?