OBRA PÚBLICA: REAL “MERIENDA DE NEGROS” (*)
(Piura, 26 enero 2018)
Luis Gulman Checa
Una aparente intrascendente llamada en la
portada de “El Tiempo” del pasado miércoles 24, me llamó la atención y recién
he tomado consciencia de su enorme importancia en favor de la pléyade de pícaros que están
depredando el erario con el pretexto de ejecutar obras públicas.
EN
OBRAS DE LA RECONSTRUCCIÓN
Inspectores externos
evitarían corrupción.
Decanos proponen contratar a expertos.
Recapitulemos. En la ejecución de una obra pública participan
tres entes:
·
El
Dueño de la obra.
·
El
Contratista.
·
El
Supervisor.
El Dueño es, obviamente, la entidad ejecutora
de la obra, cuya licitación, para escoger el contratista encargada de
realizarla, convoca una vez cumplido el
largo proceso previo que permite convertir una idea, en un expediente aprobado
por las instancias correspondientes.
El Contratista, obvia y reiteradamente, es el
ganador de la licitación referida.
El Supervisor es el árbitro/dirimente
(realiza la función del réferi en un match boxístico) entre el Dueño y el
Contratista y su presencia es obligatoria/fundamental/insustituible antes que
el Contratista empiece su tarea.
¿Por qué lo de “merienda
de negros”?
Por cuanto, a consecuencia del inocultable
proceso de perversión/prostitución que ha ido infectando cada vez más la Obra
Pública, los Dueños de Obra han venido zurrándose en la obligatoriedad de
contar con el Supervisor, de modo que, por ejemplo, los pícaros/desvergonzados
que han tenido a cargo la mafiosa des colmatación, se han supervisado a sí mismos
por cuanto el proceso que convocaron para contratar al Supervisor se declaró
nulo, desierto o sabrá Dios qué argumento usaron para tener las manos y, peor
aún, las sucias uñas, libres para
asaltar el erario.
¡Cuidado! Esta degeneración de la antigua pulcritud
para la ejecución de la Obra Pública, vendría afectando a entidades antaño
serias y respetables, como sería el caso del Proyecto Especial Chira Piura que,
habiendo suscrito el contrato de obra para elevar la cota de almacenamiento del
reservorio de Poechos de los 103 a los 106 m.s.n.m., con un consorcio preocupante,
no contaría con Supervisor.
Reflexión final:
Si estos atropellos
vienen dándose permanentemente y desde tiempo atrás, ¿para qué diablos existen
la OSCE, la Contraloría, el Ministerio Público y, cómo no, el llamado “Cuarto
Poder del Estado, la prensa, lamentablemente dando la impresión que estuviera
coludida con los depredadores ante su ominoso silencio?
(*)
DRAE: Confusión
y desorden.