¿CONDONES EN SEMANA SANTA?
(Piura, 28 marzo 2018)
Luis Gulman Checa
No podemos cerrar los
ojos ante la realidad revelándonosque desde muchos años atrás la Semana Santa -
antaño, junto con la Navidad, principales efemérides del catolicismo - se
convirtió en brillante oportunidad para juerguear, libar, bailar y, también,
como se deduce del epígrafe, tener sexo tal y como si el mundo fuera a
terminarse aprovechando para echar el último polvo antes que ello
suceda.
Una noticia casi
desapercibida refundida en la página interior de un diario, nos informa lo
siguiente:
REPÚBLICA DOMINICANA
Gobierno
repartirá 60 mil condones en Semana Santa
Se entiende que la
decisión fue de los entes dedicados a prevenir la transmisión de enfermedades
como el Sida.
¡Qué diferencia con los tiempos idos cuando,
en tales fechas, no se oía música, los fieles vestían de luto por la muerte de
Nuestro Señor y se regocijaban cuando resucitaba!
La
perversión/deterioro/prostitución de fecha que antaño fuera tan señalada para
el catolicismo, también infectó la Navidad, convertida, por imperiosa necesidad
del mercado/capitalismo, en obligada oportunidad para que todos se regalen, mas
no oraciones, buenos deseos o sinceros abrazos, ¡claro que no!, regalos de
objetos que serán mejor recibidos si
cuestan plata como cancha.
¿El
nacimiento de Jesús en Belén? ¿Qué adefesio hablas? ¡Mira el tremendo regalo
que me hizo mi viejo por Navidad!
Si es natural irse
adecuando a los cambios de todo orden que se dan con el transcurrir del tiempo,
como lo demuestra, por ejemplo, el tremen do desarrollo de los medios de
transporte haciendo posible que mientras antaño transcurrían días o semanas
para trasladarse de Nueva York a París, actualmente puede desayunarse en un
lugar y tomar lonche en el otro; ¿acaso no debiéramos tomar el toro por los
cuernos y desterrar las festividades por Semana Santa que
han devenido en una burla a su origen,
aceptando la triste realidad que el catolicismo ha
entrado en caída libre?
¿Acaso propongo
eliminar la Semana Santa? Claro que no, por cuanto ella seguirá viva en los
corazones de los católicos auténticos, pero sí digo que debería terminarse con
la grotesca burla de, con el falaz pretexto de rememorar el padecimiento de
Cristo, aprovechemos los días de asueto para dar rienda suelta a nuestros
apetitos que nada tiene que ver con el espíritu ni la vida eterna.
¡ABOLIR LOS FERIADOS POR SEMANA SANTA!