POR FAVOR SEÑORES ARROCEROS: SEAN BUENITOS
(Piura, 19 marzo 2018)
Luis Gulman Checa
Definitivamente, en Piura y en el Perú se ha impuesto la ley
de la selva afectando tanto a las autoridades, quienes no dan pie con bola, como
a la gran mayoría de la población que se zurra en todo y en todos y, para peor,
es incapaz de ver lo obvio y, voluntariamente, se pone la soga al cuello.
Preciso, para los seguidores de Keiko, que la
situación descrita no es en absoluto achacable a PPK por cuanto empezó m/m por
la época en que el Perú se convirtió en el único país de américa latina importador
de vehículos usados, es decir, chatarra
en los países auténticos.
El funcionario encargado de la Dirección
Regional de Agricultura de Piura ha rogado/suplicado públicamente a los arroceros
que, por favor, por amor a Dios, por respeto a sus difuntos, etc., se sirvan
y/o tengan la bondad de respetar tanto las hectáreas programadas como las
fechas establecidas para la siembra de arroz en el ámbito de la región Piura.
¿Qué lo motivó?
Los bajos ingresos
del líquido elemento (agua) registrado en el transcurso de marzo en los
reservorios de Poechos y San Lorenzo.
Peor aún para las personas m/m pensantes,
hizo pública una horripilante información: SE
HAN INSTALADO 34,190 HAS. DE ARROZ (oficialmente, por cuanto solo Dios
sabrá la real extensión), 23,591 dependientes del reservorio de Poechos y 5,000
del de San Lorenzo, estando el resto fuera de las zonas de influencia de ambos.
Roguemos al Altísimo para que tanto el día de
hoy como en los de Semana Santa, tal y como han venido señalando algunos “expertos”,
el cielo abra sus compuertas y las lluvias permitan que los ríos colmen los
reservorios, por cuanto, si así no sucediera y las descargas continuaran con la
tendencia vigente, ¡Dios nos coja confesados cuando se declare la guerra por el
agua!
Pareceré necio pero es imprescindible iterar
que el agua regulada es un valiosísimo bien público y, como lo señalé tiempo
atrás, equiparable a las barras de oro guardadas en el BCR (salvo que estén en
un banco caribeño), por lo tanto, es un crimen que el Estado no cautele el uso
y valor de la misma tal y como sí hace con todos los bienes y servicios.
Formemos un colectivo reivindicador con el siguiente lema:
No pagaremos la
energía eléctrica hasta que los agricultores paguen por el agua!