PESCADORES Y COLONOS AL PODER

(Piura, 10 marzo 2018)

Luis Gulman Checa

Si ponemos en un platillo de la balanza nuestra clase política  podrida y mal oliente (según la mayoría de medios) y, en el otro, nuestros esforzados y dedicados hombres tanto del mar como del campo, es decir, los pescadores del litoral piurano y los titánicos agricultores de San Lorenzo;  sin lugar a la menor duda concluiríamos que si los nuestros tomaran las riendas del poder, el Perú se dispararía, cual cohete norcoreano, hasta la estratósfera del desarrollo.

Dios bendiga y conceda larga vida a los pescadores por el inmenso amor que vienen mostrando por la MADRE TIERRA al enfrentar a los criminales y depredadores que, mirando únicamente sus bolsillos y propia conveniencia,  contaminan el vivificante mar,  fuente inagotable de alimentos, al explotar  el mortífero petróleo que, sin duda el mismísimo Satanás, depositó en sus profundidades para tentación  de los pecadores.

El crimen alcanza dimensiones colosales porque el Perú, gracias al preclaro y visionario gobernante Juan Velasco Alvarado, cuenta con una gigantesca reserva en la selva amazónica de la cual obtenemos a duras penas, 300,000 barriles diarios  por cuanto, fatalmente, JVA, humano al fin, erró al construir un oleoducto de solamente  esa minúscula capacidad. Incidentalmente, no podemos dejar de rendir homenaje a los cientos o miles de compatriotas que, cotidianamente, a cambio de una mísera retribución, se encargan de operar y mantener la gigante infraestructura sin que, hasta la fecha, haya derramado  ni una gota de tan contaminante líquido en nuestra inmaculada e idílica selva, reconocida reserva mundial de la humanidad.

Tal no es la única señal enviada por los émulos del Gran Almirante (en referencia al mutuo amor a los océanos) sino también han dado la voz de alerta sobre la imperiosa necesidad de corregir las injustas condiciones que rigen el comercio en el mundo:

Nunca más, los viles acaparadores y comerciantes mayoristas, fijarán  los precios a los productos que ellos, arriesgando su salud y hasta la vida, luchando contra los elementos de la naturaleza que deben sortear corriendo mil peligros; logran extraer del mar para alimentarnos.

Tienen razón estos aguerridos pescadores por cuanto, como se hizo público, el valor de la antaño despreciada pota y actual manjar de los dioses, los citados delincuentes lo redujeron de S/. 5.00 el kilogramo a míseros 50 céntimos. Para agravar la situación e imitando la entelequia que nos encandiló durante el fantástico y maravilloso gobierno de AGP referido a las Reservas Negativas del Banco Central de Reserva,  los  apóstatas de hogaño inventaron, para esquilmarlos, una llamada Ley de la Oferta y la Demanda.

¡Honor y gloria a los hombres del campo, quienes, emulando al mítico Robin Hood, se alzaron como un solo hombre contra la gavilla de corruptos/delincuentes quienes, nadie se explica cómo, se hicieron del poder para conducir/administrar/manejar la formidable Colonización San Lorenzo!

¿Cuál fue la primera perversa e inhumana medida  adoptada por estos seguidores de Drácula?


Atentar contra la economía, es decir la columna vertebral de la existencia de estos titanes en guerra permanente contra la naturaleza para extraerle el máximo posible a sus tierras  conseguidas tras largas luchas que cobraron la vida de innumerables combatientes; decretando lo siguiente:

Incrementar, abusiva y brutalmente, el valor del agua utilizada para regar sus cultivos, ignorando y/u olvidando que la misma es un bien divino, m/m como el maná que cayó del cielo, concedido por Dios Nuestro Señor para que TODOS LOS HOMBRES - sin distinción de raza, credo, sexo,  orientación sexual y/o cualquier factor que pudiera generar divisiones/enfrentamientos -  disfruten de ella a su libre albedrío y como mejor les convenga.

Roguemos a todos los Santos, Vírgenes, Cristos y Cruces que veneramos,  interceder para que estos seres iluminados  tomen el poder y conduzcan, para  beneplácito de todos los peruanos, la nave llamada GOBIERNO.

Señor nuestro:

¡Por favor, dígnate hacernos este milagro!