¿CUÁNDO SE HABRÁ JODIDO PIURA?

 

(Piura, 05 agosto 2020)

 

Luis Gulman Checa

 

La pregunta es pertinente a raíz de permanentes, por no decir cotidianas, informaciones como la aparecida en la primera plana de “Correo” de la fecha:

 

70 CASOS DE CORRUPCIÓN

 

El Ministerio Público investiga las presuntas irregularidades detectadas durante la emergencia por el COVID-19

 

El Gobierno Regional, la Macro Región Policial y el Hospital Santa Rosa son las instituciones con mayor número de procesos.

 

Recuerdo que años atrás, cuando la vigente regionalización y/o descentralización estaba en pañales, pronostiqué que la misma haría justicia entre la población nacional por cuanto democratizaría la COIMA, la cual,   si realmente hubiera existido, estaba centralizada en la capital. Como lo demuestran infinidad de ejemplos, entre otros, el emblemático Proyecto Alto Piura, fatal y desgraciadamente,  no me equivoqué.

 

Así como el médico al auscultar al paciente indaga sobre sus hábitos del pasado para determinar el mal que lo aqueja, también dirijamos la mirada hacia atrás para  comparar cómo se ejecutaban las obras con el sinuoso, retorcido y putrefacto camino que suelen recorrer hogaño. Veamos algunos.

 

Mientras la GUE San Miguel, el Hospital Obrero, la Unidad Vecinal, la Colonización San Lorenzo y el Proyecto Chira Piura, se llevaron a cabo sin tropiezos, interrupciones ni permanentes denuncias por latrocinios perpetrados por los responsables; ahora, oprobiosamente, obras adefesieras como el Colegio Fátima, el Colegio Augusto Salaverry y/o el estadio Campeones del 36 de la antaño “Perla del Chira”, son asoladas por problemas de toda clase: interrupciones, ampliaciones de plazo e interminables litigios, con el resultado que, si llegaran a concluirse, solo Dios sabría cuándo ello sucedería.

 

Usurpando funciones de los auténticos galenos, sí me atrevo a señalar al principal responsable de la PANDEMIA, no venida desde la China sino nacida y criada entre nosotros, que es la maldita CORRUPCIÓN que está destrozándonos, no siendo otra que la fatal y mortal “ELECCIONITIS”.

 

¿Acaso quiero decir que el sagrado derecho de elegir, que asiste a la ciudadanía, es la lacra que nos está hundiendo en el fango? Sí, eso mismo digo, lo que implica que nuestra masa electoral  no está capacitada para tan sublime tarea.