¿Y AHORA?
(Piura, 04 agosto 2020)
Luis Gulman Checa
Sí. Me refiero a qué
diablos irá a suceder en nuestro asolado Perú luego que el flamante Congreso le
negará la confianza al gabinete presidido por Pedro Cateriano.
Sin afán de insinuar soluciones que,
supuestamente, pasaron de moda, sí considero conveniente plantear una
reflexión:
¿Acaso no es verdad que
la situación en que nos encontrábamos el 05 abril de 1992 podía calificarse
como idílica frente a la “tormenta perfecta” que nos viene azotando
desde años atrás?
Ayer, curioseando sobre cómo le estaba yendo a
Cateriano en el Congreso, me topé con un “padre de la patria” despotricando
contra el gobierno y la aporreada ministra de Economía por el brutal, según él,
crimen/abuso/latrocinio implícitos en la
negativa a devolver los aportes
efectuados por millones de peruanos al Fondo de Jubilación. Obviamente, apagué
el aparato en prevención de la salud de mi hígado y estabilidad emocional. ¿Por
qué? Por cuanto, si especímenes de semejante calaña hemos aupado al Congreso
con nuestros votos, ¿habrá alguna posibilidad de que el país salga adelante si
su futuro continuara en manos de electores que optan por incalificables ignaros y/o demagogos y/o auténticos traidores
a la patria?
Aunque pueda no sonar bien, en aras a que la
Democracia debe preservarse a cualquier costo, cada uno de los procesos electorales
realizados durante los últimos años, por
los resultados que arrojaron, fueron reconfirmando que la DEMOCRACIA, especialmente
con voto obligatorio, de analfabetos, ignaros e imberbes; es un plato demasiado delicado
para nuestros burdos paladares.
¿Un recordatorio? La triste y lamentable
condición en que se encuentran, o encontraban, los últimos expresidentes de la República;
los innumerables presidentes y gobernadores regionales como los cientos de
alcaldes, quienes, gracias a nuestros votos, se les abrieron las puertas para
rapiñar y robar el erario zurrándose en los sagrados compromisos que juraron
respetar.
La situación se agrava mucho más ante los
repudiables discursos que vienen
pregonándose en el país. Me refiero a los anti mineros, quienes, para el suscrito, salvo
que carezcan de cerebro, deben ser quintacolumnistas al servicio de los
envidiosos chilenos; a quienes de vez en
cuando, demostrando menos criterio e inteligencia que un pollino, derraman
elogios al “Atila”, Velasco Alvarado, verdadero responsable de iniciar el
deterioro nacional cuando destruyó la Educación Pública, que era excelente,
arruinó la Economía nacional empezando por la maldita Reforma Agraria
arruinando la gran organización imperante en el país creando
las Cooperativas Agrarias, convertidas en universidades diseminando la
corrupción entre la gran mayoría de dirigentes y administradores; y, finalmente
por ahora, la actividad, a vista y paciencia del aparato público, de colectivos
tratando de resucitar las criminales agrupaciones de Sendero Luminoso y el Movimiento
Revolucionario Túpac Amaru.
Siendo cierto lo expuesto líneas arriba, ¿acaso
no es verdad que el paciente, nuestro país, está internado en una Unidad de
Cuidados Intensivos, siendo necesario adoptar medidas RADICALES para salvarle
la vida?
Una comparación podría ser útil para indicar el
camino a seguir:
Así como cuando cierta
parte del organismo es infestada por ladillas es imprescindible usar la máquina
de afeitar y rociar un equivalente al Napalm para eliminarlas, ¿no habría que
aplicar iguales medidas contra las
“ladillas” que están asolando nuestro país?