E.P.S. GRAU: ¿EL HUEVO O LA GALLINA?

(Piura, 12 agosto 2017)

Luis Gulman Checa

El embrollo armado en torno al incremento de las tarifas que cobra nuestra empresa de saneamiento, se asemeja, cada vez más, al acertijo irresuelto respecto a qué apareció primero, si el huevo o la gallina.

Es un hecho irrefutable que para mejorar y/u optimizar el servicio, la empresa requiere, indispensablemente, mayores recursos financieros los que, obvia y naturalmente, son proveídos por los clientes al pagar sus facturas. En consecuencia, el sentido común indica que las tarifas deben subir.

¿Cuál es la real traba que frena tal incremento? Sin ofender pero siendo realista, la ciudadanía no confía en el propietario de la empresa: las municipalidades provinciales. ¿Es justa tal desconfianza? Recontra justa al ser irracional que entes públicos de tan pobre nivel/desempeño, incapaces de cumplir tareas simples y elementales de su entera competencia, pretendan ejercer de ejecutivos, hechos y derechos, dirigiendo empresa de tamaña envergadura y con tan grandes responsabilidades.

¿Alguien  pondría un portaviones bajo el mando de un imberbe?

Guardando las distancias pero habiendo similitud, es una irracionalidad total dejar la empresa bajo el manto municipal. ¿Qué hay que hacer? Crear un organismo, tipo Caja Municipal, con un directorio imposible de politizar y/o corromper que asuma su conducción y que determinará, entre muchos otros dilemas si, por ejemplo, cede, total o parcialmente en concesión la empresa a un operador privado o a varios, según sea el caso. Naturalmente, también puede descartar tal opción procediendo a administrarla eficientemente como, reitero, sucede con la  citada Caja.

A los medios de comunicación les compete una importante tarea haciendo recapacitar a la ciudadanía respecto a que el agua que llega a sus domicilios a través de una cañería, es distinta al agüita de Diosito, que puede obtenerse cuando llueve o tomándola de ríos o quebradas, por cuanto ésta, la de la E.P.S. Grau, cuesta un huevo de plata.

También debemos reconocer que las municipalidades no son las únicas responsables de la crisis que asola a la empresa, por cuanto, tanta o más culpa tienen todos aquellos ¿ciudadanos? que roban el agua demostrando no solo absoluto desprecio por sus conciudadanos, sino, peor aún, revelan poseer menos cerebro que un mosquito. ¿Por qué? Por cuanto si tal práctica se generaliza la empresa desaparecerá por inanición y todos, incluidos ellos mismos, quedaremos sin agua.



Es un pecado que disponiendo nuestro departamento de agua hasta para regalar, los piuranos, especialmente talareños y sullaneros  con el río Chira a su disposición, suframos tanto por su escasez, siendo los más maltratados quienes viven en zonas alejadas. ¿Quiénes son los pecadores?

Respóndase usted mismo, estimado lector.