LA IRRACIONALIDAD NO PUEDE IMPONERSE

(Piura, 19 agosto 2017)

Luis Gulman Checa

El día de ayer la turba sembró el caos total en nuestra ciudad. Además de las cotidianas movilizaciones de los maestros en cuasi criminal e irresponsable huelga al zurrarse en su sagrado deber de educar/instruir a nuestros niños y jóvenes,  hubo otra fenomenal marcha, según informa “Correo” de la fecha:

EXIGEN  JUSTICIA

Cerca de 2,000 comuneros protestan para pedir que se esclarezca el asesinato de un damnificado durante enfrentamiento con la policía

Los pobladores solicitan el cambio del general PNP Luis Bisso, a quien lo responsabilizan de la muerte.

Precisando que considero al citado general PNP un incompetente absoluto (por cuanto sus subordinados dan pena al no cumplir con su deber ante la serie de violaciones de las normas, en sus propias narices, omitiendo sancionar y/o arrestar a los infractores), el pedido de los comuneros protestantes carece de racionalidad y es contradictorio.

Piden se esclarezca un asesinato cuando no se produjo tal hecho. Veamos:  asesinar implica quitar la vida con premeditación y alevosía, que es lo que hace, entre otros ejemplos, un mal nacido cuando le descerraja un tiro en el cráneo a una persona para despojarlo de algún bien. Sin embargo, en el caso de marras, simple y llanamente hubo un homicidio (matar a un hombre) por causa fortuita. Ejemplo: si alguno de esos comuneros fuera conduciendo su camioneta, moto taxi o motocicleta y, abrupta e irresponsablemente, se le cruzara en el camino un peatón imprudente y lo atropella y quita la vida, tal comunero sería un homicida mas no un asesino.

En el enfrentamiento referido por los protestantes se produjo un homicidio mas no un asesinato, lo cual, por lo demás, no debería llamar la atención al ser una consecuencia natural y previsible cuando una turba asalta unas instalaciones particulares con el fin de destruirla y, la PNP, ahí sí cumpliendo con uno de sus deberes y responsabilidades, acude prestamente a darle protección al agraviado/asaltado.

En consecuencia, salvo mejor parecer, los únicos responsables de que un hombre, honrado y modesto trabajador del campo y padre de familia perdiera la vida, son quienes organizaron y propugnaron la citada invasión a un predio particular, por cuanto, si es que hubiera algún litigio/discordia, hace mucho tiempo que quedó de lado la ley de la selva y, quien debe resolverlo, aunque su estado sea calamitoso, es el Poder Judicial.