LA PRENSA DEBE EDUCAR Y ORIENTAR
(Piura, 10 agosto 2017)
Luis Gulman Checa
Obviamente, me refiero a la prensa seria y
auténtica mas no a los bodrios, con apariencia de diarios, que infectan,
mintiendo y desinformando, a gran parte de la población, especial y
desgraciadamente, ubicada en los niveles inferiores de la pirámide intelectual.
Me motiva el comentario aparecido en la
edición de “Correo” del día de hoy, CHIQUITAS, lo malo:
Sedapal anunció aumento
de tarifas
Sedapal anunció un incremento de las tarifas, el cual
afectará las economías de miles de hogares en la capital.
Planteémonos una reflexión:
Si la inflación es un
fenómeno constante afectando el valor de la moneda de modo que con el transcurrir
del tiempo se paga más por el mismo bien o servicio, ¿por qué diablos el precio
del agua potable debe permanecer
congelado?
Recordemos la frase tan manida entre los
economistas: ”No hay lonche gratis”.
¿Qué significa? Simplemente que los dispendios de dinero bajo la forma de
servicios o bienes subvencionados, más temprano que tarde alguien los paga. Un par
de ejemplos para que los periodistas y/u opinólogos de dos por medio y los
supuestos expoliados usuarios, paren las orejas:
Perú
(1985 - 1990):
Desdichadamente, el país cayó en manos de un
sujeto incalificable quien, apegándose al mensaje que hoy día lanza “Correo” ¿defendiendo?
a los más necesitados repartió lonches gratis como cancha.
¿Quiénes, final y posteriormente, pagaron
tales lonches?
Todos los supuestos bendecidos
por el incalificable cuando su sucesor,
AFF, clavó un ajuste descomunal (por ejemplo la brutal alza del precio de los combustibles) que fue pagado
por todos y cada uno de los peruanos, incluidos los más pobres, finalmente
jodidos y perjudicados por quien logró
el récord Guinness de la inflación en el mundo.
Venezuela
(Chávez y Maduro):
Pobres y desdichados venezolanos quienes,
ciega e infantilmente, se dejaron arrobar por otro incalificable que tildó al
nuestro de ladrón de siete suelas, dedicándose a repartir lonches
gratis no solo entre los venezolanos sino a varios gobiernos de Sudamérica
y el Caribe, llevando el país a la ruina y a sus gobernados a vivir hurgando en
la basura para calmar el hambre.
Finalmente, una recomendación para estos defensores
de dos por medio de la economía de los más necesitados:
Hagan un recorrido
por esos miles de hogares de la capital y pregunten a los moradores si las
botellas de cerveza que están libando o los teléfonos celulares que ostenta,
han sido obsequiados por el Espíritu Santo o pagados con su propio dinero.
¿Acaso el agua potable no es más vital que la cerveza o
los teléfonos?