CONGRESO DE LA REPÚBLICA: UNA PAYASADA MÁS
(Piura, 05 agosto 2017)
Luis Gulman Checa
El jueves pasado, casual y fugazmente, vi una
sesión del Congreso en la que se debatía una moción referida a la triste y
caótica situación que viene sufriendo el pueblo venezolano a consecuencia del
malhadado, corrupto e inhumano régimen iniciado por el súper demagogo Hugo
Chávez y continuado por el indescriptible y casi seguro condenado a cadena
perpetua (si los venezolanos lo dejaran con vida), Nicolás Maduro.
Aunque reconociendo ser ignaro consumado en
la materia, instintivamente sentí que ahí se estaba llevado a cabo un sainete
impropio de un organismo que, en los países auténticos, es el súmmum de la
seriedad y el respeto a la ley y el orden, actitud diametralmente contraria a
la vergonzosa que, mayoritariamente, empaña los espectáculos brindado por nuestros
“otorongos”, con perdón de tan bellos y salvajes felinos.
El día de ayer, leyendo la entrevista a
Francisco Tudela publicada en la edición de “Perú.21”, constaté, ante los
claros y fundados conceptos vertidos por personaje tan culto y comedido, que mi corazonada había sido acertada.
Pregunta:
Ayer el Congreso peruano aprobó una moción
con la que piden el retiro del embajador
venezolano de nuestro país. ¿Qué opina de ello?
Respuesta:
No veo razón para
expulsar al embajador venezolano en el Perú. No ha cometido ninguna inconducta.
Si bien representa a un régimen antipático al Perú, en el mundo hay muchos
regímenes diferentes y la diplomacia, justamente, busca mantener las relaciones
diplomáticas ….
Pregunta:
Pero como un gesto del Congreso ante la
dictadura chavista, ¿no se valora positivamente esta moción?
Respuesta:
La Constitución
establece que la política exterior es dirigida por el presidente. El Congreso, constitucionalmente,
no tiene ninguna participación en la política exterior. Retirar al embajador no
es conveniente porque podría generar represalias contra nuestra misión diplomática
en Caracas, y hay muchos peruanos que requieren la protección diplomática en Venezuela.
Está demostrado que, desde años atrás,
cualquier incalificable cuasi analfabeto puede no solo acceder al Congreso
sino, peor aún, hasta presidirlo, razón por la que tal recinto, que acoge al bien llamado PRIMER PODER DEL ESTADO, si
pudiera hablar, clamaría lo siguiente:
Señor y Dios mío:
¿Qué pecado tan
espantoso he cometido para que me sometieras a castigo tan atroz y espantoso
como es el de albergar a gran cantidad de analfabetos, corruptos y hasta
traidores al Perú?