¿COORDINACIÓN ENTRE DE LA FLOR Y SHACK?

(Piura, 01 agosto 2017)

Luis Gulman Checa

Para quien, como el suscrito, incursionó en altos cargos del aparato público desde 30 años atrás, es sorprendente la anunciada coordinación entre los responsables tanto del proceso de Reconstrucción con Cambios como de la Contraloría General de la República, por cuanto, contra lo que muchos desavisados creen, el funcionamiento del Estado se encuentra perfectamente diseñado/ordenado de modo que no tienen nada que coordinar.

 Así, como recordatorio, el organismo de control tiene la siguiente tarea:

Cautelar el uso, eficiente, eficaz y económico de los recursos del Perú ……

Asimismo, Pablo de la Flor ha recibido el siguiente encargo:

Llevar adelante la Reconstrucción con Cambios, tarea que, obvia y naturalmente, deberá realizar cumpliendo con todas las normas que rigen la ejecución de obras públicas.

Entonces, está más claro que el agua que Pablo, al haber aceptado semejante encargo, tiene que disponer de un equipo que, técnica, profesional y moralmente, es a “prueba de balas”, es decir, impecable.

Entonces, teniendo que ser tal la situación, ¿por qué tendría Contraloría que, a priori, “meter la nariz”?

Considero, por lo contrario, que el flamante jefe del órgano de control, antes de constituirse en una traba para la urgente Reconstrucción con Cambios, debería abocarse a sanear/adecentar su institución, gran o única responsable de la larga serie de latrocinios contra el erario que se han  venido perpetrando desde años atrás en diversos estamentos, desde la presidencia de la República hasta la más modesta municipalidad  distrital.

Un ejemplo claro  de la probada incompetencia del órgano de control en Piura es no solo el desorbitado monto de las dietas de los miembros de los Consejos Directivos de los Proyectos Chira Piura y Alto Piura, sino, peor aún, la existencia de ambos cuando, desde el año 1992, se dictó una norma que disponía su unificación, la misma que sí fue cumplida por los lambayecanos creando exitosamente el Proyecto Olmos-Tinajones (como lo prueba que ya están regando con nuestra agua del río Huancabamba)  con un solo Consejo y dietas ínfimas comparadas con las establecidas por César Trelles Lara y, extrañamente,  mantenidas por quienes lo reemplazaron esgrimiendo la bandera de la honradez.


Además de lo expresado, ¿para qué sirve y/o cuándo los funcionarios auténticos deben tocarle la puerta a Contraloría? Relataré un caso:

Al asumir la Dirección Ejecutiva del PECHP en 1987  hallé un “problema” derivado de los daños estimados por la entidad sufridos por la infraestructura a consecuencia del FEN de 1983 y  el reembolso ofrecido por la aseguradora: US $ 10 millones contra US $ 9.5 millones. Sin embargo, como el Estado está impedido de transar/negociar/reconocer errores, el asunto estaba paralizado.

Circunstancialmente, apareció por el despacho una consultora que reconoció un pago de US $ 200,000.00, por lo que el monto recuperado ascendió a USD $  9.7 millones. ¿Qué hizo el suscrito?


Acudió al despacho del Contralor, Ing. Cussianovich, le expuso la situación y presentó documento sustentando  la conveniencia de cerrar el trato y, en m/m 15 días, se recibió autorización formal del órgano de Control para aceptar tal monto, liquidar el problema y realizar inversiones con el monto recibido.