VITAMINA URGENTE PARA AUTORIDADES: “AREQUIPENINA”

(Piura, 22 agosto 2017)

Luis Gulman Checa

El affaire en marcha entre el CIP - Piura y el Ministerio de Agricultura, al haber roto palitos  pocos días después de haber suscrito, con bombos y platillos, un convenio en virtud del cual el gremio ingenieril supervisaría y daría fe de que todo lo actuado por el ente superior en Piura se ajustaría estrictamente a la ley y las buenas costumbres; ha sacado a la luz, una vez más, que las autoridades nacionales se zurran en las cabezas de las locales.
¡Pena y vergüenza para los piuranos!

Según “El Tiempo”, edición del pasado día lunes, el ministro de Agricultura, con gran experiencia en  Consultoría, primordialmente al servicio del Estado a través de su empresa ATA (cuestionada ¿y procesada?  por firmas falsificadas de profesionales), viril y altaneramente expresó lo siguiente:

“Jamás pedimos al CIP santificar las obras que haremos como Minagri”

Ministro de Agricultura lamenta que el CIP haya tomado la decisión de no actuar de veedor.

El ministro, insolente y vulgarmente, dijo que “pidió al CIP que los acompañara en el  proceso de licitación y ejecución de las obras pero jamás les pidió santificar (aprobar) las obras que decidían como sector”. Remató la patada al CIP diciendo “a ninguna entidad ni al colegio (CIP) íbamos a pedir permiso o que santificara las obras”.

El concepto por analizar es el de veedor, prerrogativa que, según el convenio ya descartado, autorizaba al CIP según la interpretación de cualquier persona m/m pensante, a meter su cuchara durante todo el proceso que implica ejecutar una obra pública. Sin embargo, y tal es el origen del laudable desconocimiento del convenio por parte del CIP, para el ministro de marras, el término era equiparable, por ejemplo, al de un simple y vulgar espectador de un partido de fútbol sin arte ni parte en la marcha y desarrollo del mismo.

Incalificable, inaceptable y condenable la actitud del ministro, principalmente porque su sector, dos años atrás, aprovechándose del borreguil espíritu piurano (que él sin duda dejó de lado luego de tantos años navegando por las altas esferas) saqueó el erario en labores sin ton ni son en el cauce del río Piura ante la abulia y cómplice silencio de las autoridades locales.

Estimado lector, con la mano en el pecho pregúntese y respóndase:

¿Se atrevería este ministro a tratar, con la punta del pie como al nuestro, al CIP -  Arequipa?