TRÁNSITO EN CRISIS: YA ERA HORA
(Piura, 06 agosto 2017)
Luis Gulman Checa
Que los medios, demostrando responsabilidad y
preocupación por el bienestar de la población, metieran el dedo en la infecta
llaga en que ha devenido el caótico e insoportable tránsito vehicular
en la ciudad de Piura por culpa, única y exclusivamente, de la inopia y punible
incumplimiento de sus responsabilidades por
parte de las autoridades (in)competentes: la Municipalidad Provincial de Piura
y la Policía Nacional del Perú.
La edición de “El Tiempo” del sábado pasado, al
fin, a Dios gracias, puso tan álgido problema en agenda dándole un respiro a la
Reconstrucción con Cambios (tarea ardua, costosa y que debe conducirse con
pies de plomo); cuando poner orden en Piura cuesta una miserable
peseta en metálico y puede iniciarse en el acto, siempre y cuando las autoridades sean auténticas y honestas. ¿Por qué? Por
cuanto, quien asume una responsabilidad
deviene en deshonesto si deja de cumplir, leal y fielmente, sus obligaciones.
Portada de “El Tiempo”:
Transporte en Piura
es un caos porque falta más (*) autoridad.
Oficina de Transportes de la Municipalidad de Piura solo
cuenta con cinco inspectores para combatir la informalidad en el transporte
público.
Especialista de la UDEP, Jorge Timaná, opina que ante la
falta de liderazgo es factible que un organismo independiente asuma el control.
(*) El término está demás
por cuanto, simple y llanamente, no existe autoridad.
Para comenzar, a contrapelo de lo señalado en
el subtítulo, las peores lacras del tránsito en Piura no tienen que ver con la
informalidad del transporte público, sino, simple y llanamente, con la bestialidad de innumerables conductores
de toda clase de vehículos:
·
Los
deficientes
mentales que hacen tronar el claxon,
·
Los
salvajes
y prepotentes que conducen vehículos con escape libre,
·
Los
energúmenos
que no respetan el preferente derecho de paso de las personas en los
cruces peatonales (y en todas las esquinas),
·
Los
tarados
que instalan atronadoras alarmas, muchas de las cuales se activan hasta
cuando un can pasa al costado del vehículo,
·
Los
descerebrados
y cuasi delincuentes que conducen, día y noche, vehículos sin luces de peligro y/o tuertos
y/o ciegos.
Todos estos sujetos - que debieran vivir en
un zoológico antes que en comunidad - se zurran en la ciudadanía, por lo que la
única forma de domesticarlos es sancionándolos golpeándolos donde más les
duela: en el bolsillo.
Don Yoel Rodríguez, jefe de Transportes de la
MPP, se queja y lamenta por cuanto su oficina apenas cuenta con cinco (05)
inspectores para vigilar y sancionar, por cuanto la crisis económica que asola
a la institución, no le permite soñar con cien (100) inspectores.
Estimado lector, planteémonos una reflexión:
¿Qué efecto tendría
en el adecentamiento del tránsito en Piura, que cinco parejas (un inspector +
un policía) ambularan por todo el ámbito de la cuidad penando y multando a
cuanto violador de la normatividad hallaran a su paso?
Finalmente, según la sumilla aparecida en
portada, suena interesante la inédita
propuesta de Jorge Timaná, especialista en transportes, recomendando que un organismo independiente
asuma el control del tránsito. Me
pregunto:
¿Acaso su proposición
implica ceder en concesión el ordenamiento y control del tránsito a una
organización privada?
Si tal fuera el caso, considero sería una solución definitiva al estar más
que demostrado la absoluta incapacidad de las autoridades que debieran hacerlo.