CIRCO ELECTORAL
(Piura, 01 julio 2018)
Luis Gulman Checa
Con franqueza, la explosiva proliferación de
aspirantes a alcaldes es una absoluta desnaturalización de la idea
que tales autoridades se elijan a través del voto popular. Así, el espectáculo que
viene gestándose y alcanzará su máximo esplendor en los próximos
meses, me atrevo a asegurar, será oprobioso y vergonzante para los piuranos.
Digresión:
Si el arquitecto Belaunde (Q.D.D.G) hubiera
intuido el caos que vivimos actualmente, ¿habría restituido el derecho
ciudadano de elegir autoridades municipales?
Gracias a minuciosas informaciones publicadas
por “El Tiempo” en los últimos días, podemos aquilatar en su exacta dimensión
el grotesco espectáculo previo a las elecciones municipales de octubre, pues,
considerando Piura, Castilla y 26 de Octubre, al constituir en la práctica un
solo paquete,
el número de aspirantes es enorme.
Tenga usted en cuenta, estimado lector,
algunas cifras:
·
51
aspirantes a ser elegidos alcaldes.
·
500
aspirantes, m/m, anhelando ser regidores.
De los 51, 16 (31.37%) son abogados y otros
15 (29.4%) ejercen otras profesiones liberales, de modo que, teóricamente, los
electores tendremos materia prima de calidad para escoger.
Sin embargo, el poseer un título, al margen
que podría ser de una universidad de dos por medio, ¿garantiza la
calidad/idoneidad del aspirante? De ninguna manera como lo estamos viviendo los
piuranos que elegimos a una persona que, no tengo la menor duda, además de
distinguido doctor en medicina, es
honesta y de bien pero, como alcalde, dejó muchísimo que desear. ¿Una
prueba de lo dicho? Creo que ni él mismo recuerda cuántos gerentes generales
van pasando durante su administración. ¿Otra? Ha sido incapaz de hacer cumplir
las ordenanzas impartidas durante su gestión.
¿Acaso insinúo que el ser abogado o
profesional inhabilita a una persona para desempeñarse como alcalde? De ningún
modo y, como recordatorio a nivel nacional, tenemos, entre otros, a Luis Bedoya Reyes, Alfonso Barrantes y
Alberto Andrade en la capital, pero, recordando que ellos, además de abogados,
eran políticos profesionales miembros de un Partido Político, los cuales a la
fecha han dejado de existir siendo reemplazados por el surgimiento de innúmeros
movimientos ciudadanos/regionales/locales.
Pero, en atención al aserto que dice “si quieres pensar bien, piensa mal”, reflexionemos:
¿cuál será la razón para la aparición de tantísimas personas dispuestas a
sacrificarse, en cuerpo y alma, para trabajar en pro de que nuestra existencia
sea un preámbulo de la dicha absoluta que estará al alcance de los bendecidos
que llegarán al paraíso terrenal?
En ese orden de ideas me pregunto, ¿no será que
a la gran mayoría de ellos lo que en realidad los motiva/alienta es obtener,
por cuatro largos años, un ingreso seguro proveniente, únicamente, de los
sueldos o dietas correspondientes, habida cuenta que jamás de los jamases
osaría siquiera insinuar que pudiera primar en alguno el afán de saquear los fondos de la institución?
Pero hay otra arista a considerar:
¿De dónde sale y/o
quién o quienes proveen los ingentes recursos gastados en las campañas
proselitistas por cuanto, a juzgar por las declaraciones privadas de los
candidatos, la gran mayoría de ellos no cuenta con los recursos para
solventarlas?
Entonces, ya no solo se trata de las personas
dispuestas a sacrificarse trabajando mañana, tarde y noche por nosotros sino
que, además, hay otras adineradas quienes voluntaria, limpia y
desinteresadamente les regalan dinero
para solventar las campañas-
Preguntémonos:
¿Será verdad tanta
belleza o el suscrito tiene razón cuando insiste en la urgente necesidad de
desterrar la elección municipal y volver a la desiganación?