LAS SORPRESAS DE “SEMANA”

(Piura, 05 julio 2018)

Luis Gulman Checa

Me refiero a la revista dominical de “El Tiempo” en cuyo número del pasado 24 de junio apareció una desconcertante propuesta:

“PIURA Y VARGAS LLOSA”

LA OBRA ICÓNICA DEL BICENTENARIO

Se trata, resumiendo, que el Consejo de Gerentes del Gobierno Regional, en ocasión de la celebración del bicentenario de Piura, ha decidido recuperar y remodelar el inmueble de la Plaza Merino donde funcionó el colegio San Miguel  y acogió en sus aulas al Premio Nobel de Literatura 2010, Dr. Mario Vargas Llosa, gestionando tal recuperación ante el Ministerio de Cultura.

Lo curioso es que la profusa información mostró varias fotografías del estado actual del inmueble las que, a simple vista, revelan claramente que la misa de una  ya pasó para él por lo que es, a todas luces, irrecuperable.

Sin embargo, en atención al hecho que la única circunstancia inapelable y sin retorno es la muerte, sí es posible recuperarlo dejándolo como nuevo. Pero, ¿a qué costo? ¿De dónde provendrían los recursos para tal emprendimiento? ¿Quién o quiénes liderarían tanto la obtención de los mismos como la contratación y supervisión de las obras necesarias?

Quizá los proponentes piensen que esas tareas deberían ser asumidas por la Comisión Organizadora del Bicentenario constituida por el gobierno regional integrada por el propio G.R., Municipalidad, colegios profesionales, Universidades, Cámara de Comercio, Dirección Desconcentrada del Ministerio de Cultura, entre otras instituciones representativas.

Estimado lector, ¿no le viene a la mente la idea que una comisión tan estrafalaria como la propuesta debió ser la creadora del horrible camello?

Con profundo dolor, por lo que el citado inmueble representa para muchos piuranos por el recuerdo de nuestros antepasados que transitaron por él, estas tardías iniciativas equivalen a llorar sobre leche derramada. Así, por nuestra incuria, egoísmo y desinterés nuestra ciudad cada día muestra más terrenos baldíos y/o inmuebles abandonados e irrecuperables.

Digresión:

¿Qué alimentos habrán ingerido los trujillanos de pequeños que les permitieron mantenerse siempre alertas y dispuestos a cuidar su patrimonio?


Pero los impulsores de esta idea no se quedan en la recuperación del destruido inmueble sino que, sorprendentemente, dicen que ello pondría en valor un recurso intangible y valioso. ¿A qué se refieren?

Constituiría un monumento a la afinidad entre Piura y Vargas Llosa, es decir, le estaríamos diciendo al mundo que si bien el Nobel no es piurano por nacimiento, sí lo es porque en esta tierra vio la luz como novelista.

Como colofón, los proponentes, ingenua o tontamente, sostienen:

Este proyecto sustenta el aspecto del Guión Temático del establecimiento que lo transforma en el principal eje de cultura y atracción turística de la Región Piura.

Así pues, nos dicen que, una vez restaurado, Piura aparecerá en el mapa mundial de atracciones turísticas al nivel de Machu Picchu, Kuelap, Choquequirao, el Cañón del Colca, Lambayeque y sus fantásticos museos o Trujillo con Chan Chan.

Reflexiono y me pregunto:

¿Acaso no es una prueba inapelable de nuestra congénita e incalificable abulia que, habiendo salido a la luz Aypate, en Ayabaca, más de 30 años atrás, aún continúe tirado y sin valor estigmatizándonos al extremo?