¿Y LA BALANZA DE LA JUSTICIA?

(Piura, 18 julio 2018)

Luis Gulman Checa

No existe alegoría más idónea que la representación de la justicia a través de una mujer con los ojos vendados sosteniendo una balanza en sus manos.

¿Cuál es el mensaje que nos envía?

Que la justicia es ciega y pesa a todo el que cae en sus manos con la misma balanza, es decir, juzga con  criterios idénticos.

La reflexión viene a cuento a raíz de la imparable/inacabable aparición de grabaciones de conversaciones demostrando palmariamente que el aparato público en el Perú está podrido sin remedio, al extremo que bien podría decirse que el tormento del pueblo egipcio, cuando soportó las diez plagas a las que fue sometido por Dios para obligar al Faraón a dejar partir a los hebreos,  equivaldrían a un juego de niños comparado con nuestra actual situación al no haber a la vista ninguna institución no contaminada que tome el timón.

Agravando la situación, resalta el hecho del doble rasero y/o inexistencia de la balanza citada.  ¿Por qué?

Por cuanto, mientras  PPK, por una pequeña infracción, comparable a ignorar una luz roja del semáforo, fue expectorado en el acto; ahora, a pesar de la comprobación de innumerables funcionarios de alto vuelo, que atropellaron peatones y se dieron a la fuga, no les cae el peso de la ley.

Lo que hace más triste y macabra nuestra situación es que la institución que accionó la guillotina que cercenó el cuello a PPK, el Congreso de la República, antaño primer poder del Estado y ahora devenido en albañal - al haber tirado a la basura sus deberes constitucionales en pro de defender apetitos personales protervos y contrarios al interés de la nación - está  podrido y sin remedio. Así, entonces, ¿quién podrá encender una luz en el horizonte que nos permita confiar que hay una salida de esta cueva maldita en la que nos han sumido nuestras “autoridades”?

Habida cuenta que, según los súper expertos opinólogos los antaño frecuentes Golpes de Estado se tornaron inadmisibles, propongo una salida inspirada en el proceso de nuestra independencia del siglo ante pasado:

Roguemos a la ONU designar una Comisión de Altísimo Nivel integrada por personalidades pulquérrimas y doctas de diversas nacionalidades, para que tomen el timón de la nave que es el Perú hasta dejarla en  buen puerto.