CAJA MUNICIPAL: PUNIBLE INDIFERENCIA CIUDADANA
(Piura, 10 marzo 2019)
Luis Gulman Checa
Preciso
no tener ligazón de ningún tipo con la respetable institución en que
devino la Caja Municipal de Piura, pero, advirtiendo que si hoy día ganara la
Tinka, muy a mi pesar, le encargaría a otra institución realizar la cobranza,
porque solo un loco/desavisado le entregaría semejante cantidad de millones
ante el evidente peligro que se cierne sobre ella:
El maloliente y
desenfrenado afán del alcalde por apropiársela.
Antes de entrar en materia, hago notar a los
medios, obcecados en repetir cual loras las barbaridades espetadas por
tutilimundi sin cumplir con su deber, cual es - siempre y cuando los reporteros
no sean deficientes mentales - cuestionar sus declaraciones, pedir
justificaciones, plantearles otros panoramas, etc.; que he sentido profunda
vergüenza ajena al leer en “El Tiempo”, edición de la víspera, la siguiente
información:
Alcalde afirma que
tratan de impedir llegada de nuevos directores a la Caja.
Según él, quien aparentemente halló la
institución a su cargo funcionando cual reloj suizo como lo demostrarían las
maravillosas condiciones imperantes en Piura: limpieza resplandeciente;
veredas, parques, jirones y avenidas perfectamente pavimentados; tránsito digno
de merecer reconocimiento mundial por
ordenado, respetuoso y silencioso; vecinos ejemplares pagando sus
gabelas/obligaciones por adelantado propiciando el desborde de las arcas
municipales; etc.; la única mancha/baldón afeando y ensuciando la MPP que halló
al asumir el mando, fue la purulenta Caja Municipal saqueada, por auténticas
bandas criminales asolapadas bajo impresentables directores.
¿En que me basé para escribir el párrafo
precedente? En la siguiente declaración del alcalde, publicada en “El Tiempo”:
Mi meta es tener
personas de confianza en el directorio para investigar lo que se hizo en 10
años.
La lamentable situación que vivimos los
piuranos debería traernos a la mente el conocido aforismo que dice: Quien
con niños se acuesta amanece mojado. ¿Por qué? Por la similitud con
nuestra triste realidad originada por propia estupidez, eligiendo a un foráneo que
no ofrecía garantía alguna de idoneidad para ejercer el cargo.
Finalmente, le formulo la siguiente pregunta,
públicamente, a Arturo Woodman:
¿De verdad has
aceptado integrar el directorio de la
Caja?
